Leonardo Bastida Aguilar
México DF, octubre 05 de 2010.
Recobrar el cuerpo primigenio, “el cual nos ha sido robado”, es el principio básico de la danza Butoh, cuyo origen se remonta al Japón de la década de los 50 y tiene como fin protestar ante toda la crueldad emanada de la Segunda Guerra Mundial.
Así, esta danza, se ha caracterizado desde un principio por su afán de transgredir los cánones aceptados en los circuitos dancísticos y cuestionar fuertemente lo que ocurre en la sociedad.
Considerada por sus detractores como un paso intermedio entre la danza y el teatro, o una poesía grosera, el Butoh pretende recobrar al cuerpo humano desde su forma primigenia, es decir, “en su etapa en el vientre de la madre”.
Herederos de esta tradición, la compañía chilena Gajuca llega a México con la puesta en escena de Los Santos en las Aceras, la cual retoma los textos de La puta de Babilonia, de Fernando Vallejo, el Apocalipsis, evangelios apócrifos y el culto a la Virgen de Guadalupe en México, a la Virgen de Lourdes en Chile, a la Santa Muerte, y la deificación de los artistas como Chavela Vargas, quien, de acuerdo al director del montaje, Juan José Olavarrieta, “ha estado sujeta durante su carrera a un culto popular semejante al seguido a los santos y las vírgenes”.
Fiel al estilo Butoh, esta puesta en escena cuestiona el acercamiento del Papa Juan Pablo II al gobierno dictatorial de Augusto Pinochet, así como su visita a Chile mientras éste era presidente y el culto que el Pontífice hace a las fuerzas armadas chilenas.
Radical y sorpresiva, Los Santos en las Aceras se presentará hasta el 10 de octubre en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes los jueves y viernes en punto de las 20:00 horas, sábados a las 19:00 horas y domingos a las 18:00 horas.
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