lunes, 9 de agosto de 2010

Mensaje AMLO 9 de agosto del 2010.



Andrés Manuel López Obrador: Tiene que haber justicia en el caso de Mexicana de Aviación para pilotos y sobrecargos y poner fin a la dominación de la oligarquía sobre las instituciones públicas que están al servicio de personajes como el de Gastón Azcarraga.

Publicado por: TONATIUH MALDONADO.

Condena de 26 años a joven que expulsó al producto en una letrina

Creí que tenía diarrea, relata Araceli Camargo tras 8 años de prisión en Guanajuato

Condena de 26 años a joven que expulsó al producto en una letrina
Jaime Avilés y Carlos García
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 9 de agosto de 2010, p. 39

Guanajuato, Gto., 8 de agosto. Hacia las tres de la tarde del 23 de agosto de 2002, en la desolada ranchería La Grulla, del municipio de Dolores Hidalgo, María Araceli Camargo Juárez, que para su desgracia acababa de cumplir 18 años de edad, entró en la fosa séptica del patio de su casa y, mientras pujaba en cuclillas pensando que tenía diarrea, expulsó involuntariamente un producto en avanzado estado de gestación. Enseguida perdió el conocimiento. Al recobrarlo, minutos después, se cortó el cordón umbilical y, sangrando, regresó a la vivienda.

Lidia Camargo, su hermana mayor, le preguntó qué le pasaba. Araceli respondió que le había bajado la regla pero que se sentía muy mal. Su mamá, doña Remedios Juárez, que entonces tenía 60 años de edad, salió a pedir ayuda a un vecino. En medio de fuertes dolores, Araceli fue transportada en una Pick-up al hospital público de San Miguel de Allende, donde la ingresaron al área de urgencias.

Transcurrió largo rato. Doña Remedios y Lidia esperaban en la antesala. Nadie les daba noticias. De pronto un médico les dijo: Ya no se hagan tarugas, ¿dónde está el niño? Madre e hija se miraron atónitas. ¿Cuál niño? No entendían de qué les hablaba.

Empezaba a oscurecer cuando ambas fueron llevadas por agentes de la Policía Ministerial a una oficina para interrogarlas. Y nomás preguntaban, ¿dónde está el niño, dónde está el niño?, cuenta doña Remedios. Ante sus reiteradas negativas, a ella y a Lidia las encañonaron con una pistola en la cabeza. Pero qué iban a decir si, hasta donde sabían, Araceli no estaba embarazada.

Aún en el área de urgencias, tras la denuncia del médico, Araceli ya se encontraba detenida como presunta responsable de infanticidio. Ante los tinterillos, relató, una y otra vez, que al hacer del baño se le había salido una especie de bolsa de plástico. ¿Dónde?, decían sus interrogadores.

En la letrina del patio, respondió.

En el expediente del caso, copia del cual obra en poder de este diario, consta que a las 10 de la noche de ese 23 de agosto, representantes del Ministerio Público iniciaron una inspección ocular en la casa de doña Remedios, y que, dos horas más tarde, encontraron con linternas el cadáver de un producto del sexo femenino, de 53 centímetros de longitud, que de acuerdo con la autopsia hubiera vivido una media de 75 años.

El sábado 24 de agosto, en cuanto pudo levantarse de la cama, Araceli fue enviada al Centro de Rehabilitación Social de San Miguel de Allende. Ahí entró en acción un personaje desde todo punto de vista siniestro: la defensora de oficio María Guadalupe Cruces Luna. Cuenta doña Remedios:

“Me dijo que ella iba a defender a Araceli, pero que necesitaba mucho dinero. ‘¿Qué animalitos tiene para vender?’, me preguntó. No tengo ninguno, somos muy pobres. Mi esposo y mi hijo se fueron a Estados Unidos y hace años que dejaron de mandarnos dinero. Pero la señora no quería oír mis problemas. ‘Pues deme aunque sea lo que traiga’. Le di lo que llevaba, como 600 pesos”. Tercia Lidia Camargo: “otro abogado nos dijo: ‘por 30 mil pesos la saco bajo fianza’. Pero, ¿dónde íbamos a conseguir 30 mil pesos?”.

La defensora Cruces Luna se vengó de la pobreza de estas mujeres. En privado, al entrevistarse con Araceli, se dedicó a denigrarla, llamándola asesina, asegurándole que los años de cárcel que le echaran, serían pocos comparados con lo que hizo. Más tarde, en la audiencia presidida por el juez penal de San Miguel de Allende, Carlos Alberto Llamas Morales, mintió al afirmar que la joven había admitido ser autora del crimen.

El Ministerio Público contradijo el testimonio de Araceli, al ofrecer la hipótesis, no respaldada por pruebas, de que la campesina había dado a luz en la nopalera del patio, delante de la letrina, y que después arrojó viva a su niña al fondo de la fosa séptica. Para respaldar la acusación, la Procuraduría de Justicia de Guanajuato pidió al juez tomar nota de que, en la autopsia, se halló materia fecal en las vías respiratorias del cadáver.

Sin encontrar en el expediente evidencias que demostraran que Araceli había parido en la nopalera –que entonces, dice doña Remedios, era así de chiquita y pone la mano a unos 30 centímetros del suelo, para ilustrar que su hija no pudo haberse ocultado ahí, al rayo del sol–, el juez Llamas Morales pasó por alto que, en el reporte de la inspección ocular practicada durante el levantamiento del cadáver, los agentes del Ministerio Público reportaron una espesa mancha de sangre en el borde de la fosa séptica, donde Araceli se colocó en cuclillas a pujar, creyendo, como consta en el expediente, que tenía diarrea.

Basado en conclusiones dogmáticas y confesiones obtenidas mediante interrogatorios manipulados, que obligaron a Araceli a reconocer que escuchó llorar a su niña, el juez Llamas Morales la condenó a 26 años de cárcel por homicidio en razón de parentesco. Madre de una pequeña que entonces tenía dos años de edad, Araceli estuvo en el Cereso de San Miguel hasta septiembre de 2003. Luego fue transferida al de Puentecillas, en la capital de Guanajuato, donde lleva ocho años y donde, la semana pasada, fue obligada a firmar una carta en la que, de manera libre (sic), manifiesta su deseo de no dar entrevista (sic).

Por su parte, en noviembre de 2005, el juez Llamas Morales recibió una denuncia en contra del sacerdote Laurencio Pérez Mejía, sospechoso de embriagar a una menor de 14 años para intentar sostener relaciones sexuales con ella. El religioso fue capturado 52 meses más tarde, el 18 de marzo de 2010, y cuatro días después quedó formalmente preso en el Cereso de San Miguel de Allende.

De acuerdo con el artículo 236 del Código Penal de Guanajuato, a quien induzca a la ebriedad a un menor de 18 años de edad para realizar una conducta sexual (...) se le impondrá una pena de tres a ocho años de prisión. El pasado 31 de mayo, con una compasión que jamás mostró al castigar a Araceli, el juez Llamas Morales condenó al pederasta a cuatro años y 3 meses de cárcel, pero luego le otorgó el beneficio de la semilibertad, que lo obliga a dormir tras las rejas sólo los fines de semana.

Gracias a Llamas Morales, el cura salió del Cereso en junio pasado, después de pagar 2 mil 600 pesos por concepto de reparación de daño y 8 mil más para gozar de la libertad de lunes a viernes. (Mañana: ¿Por qué Araceli ocultó que estaba embarazada?)

Inmorales, los matrimonios gays: Rivera

Emite el cardenal un pronunciamiento tras la misa dominical

Inmorales, los matrimonios gays: Rivera
Foto
Celebración a San Juan Bosco en la Catedral Metropolitana, donde el cardenal Norberto Rivera condenó los matrimonios entre homosexualesFoto María Luisa Severiano
Ariane Díaz
Periódico La Jornada
Lunes 9 de agosto de 2010, p. 39

Como aberrante e inmoral calificó el cardenal Norberto Rivera el juicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que avala la unión entre personas del mismo sexo y manifestó que la Iglesia no puede dejar de llamar mal al mal.

En su pronunciamiento, leído al término de la homilía de este domingo por un matrimonio, el cardenal señaló que las uniones de facto o legaloides de personas del mismo sexo son inmorales, pues contradicen el proyecto divino. Dijo que tal actividad pone en peligro la dignidad y los derechos de la familia que constituyen el bien común de la sociedad.

Advirtió que las injusticias cometidas contra la comunidad homosexual “nunca serán una justificación para conceder falsos derechos que, por si fuera poco, afectarán a niños inocentes, a quienes se les negará el derecho de tener un padre y una madre para su adecuado desarrollo moral y sico-afectivo”.

Aludió al aborto y la inseguridad en el país al condenar la violencia exacerbada que inicia con la eliminación de los más desprotegidos en el vientre materno y que se multiplica en el crimen organizado

Más allá del fallo de la Corte, parejas gays ya crian a sus hijos

Discutirá hoy el tribunal la adopción en matrimonios homosexuales

Más allá del fallo de la Corte, parejas gays ya crian a sus hijos

Somos una familia sin conflictos y nos aceptan, dicen madres de una niña

Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Lunes 9 de agosto de 2010, p. 40

Este lunes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación debatirá sobre las adopciones realizadas por parejas del mismo sexo, pero en el país existen desde hace muchos años miles de homosexuales y lesbianas que encabezan núcleos familiares y ejercen su derecho a la paternidad sin esperar ningún tipo de resolución judicial.

Luego de que el jueves pasado los magistrados aprobaron por ocho votos en favor y dos en contra las modificaciones al artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, se programó para hoy la discusión sobre el derecho de esas parejas a adoptar niños, uno de los puntos que más controversia han generado entre grupos conservadores.

La cantidad de familias homoparentales en México –que tuvieron hijos por una relación heterosexual previa, por adopción, por reproducción asistida o por haber acogido a los de otra pareja que no pudo ocuparse de ellos– es muy incierta, por la falta de estadísticas oficiales al respecto.

Aunque no hay datos precisos, investigadores independientes calculan que el número de estos núcleos familiares oscilaría entre 250 mil y un millón en todo el país. La Jornada habló con tres parejas que, desde hace unos años, ya saben lo que significa ser padres y madres aun sin el apoyo de la ley.

Mamá, mamá e hija

Con una paciencia infinita, Emma Villanueva y Janis Alba escuchan las historias que les cuenta Gala, su pequeña hija de ocho años, quien no para de hablar. Ellas ejercen su maternidad desde hace varios años y encabezan una de las miles de familias homoparentales que existen en el país.

La experiencia ha sido un cambio radical en nuestras vidas. Nuestras carreras las dejamos en segundo término, porque para nosotras criar una niña era muchísima responsabilidad, cuenta Emma, coordinadora del Círculo de Familias Diversas.

Antes de decidirse a vivir juntas y asumir la crianza de Gala –hija biológica de Emma, producto de una relación anterior–, ambas investigaron exhaustivamente sobre las experiencias de otras familias homoparentales.

Descubrieron que, de acuerdo con más de 40 estudios –entre ellos de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Asociación Sicológica de Estados Unidos y el Ministerio de Justicia alemán–, no hay ninguna diferencia emocional o sicológica entre los hijos de parejas del mismo sexo con respecto a las heterosexuales. Nada que pueda afectar su identidad de género, su preferencia sexual o su autoestima.

Somos una familia sin conflictos. Los colegas, los vecinos y nuestros parientes nos aceptan sin problemas. En las clases de karate y gimnasia de la niña siempre nos hemos presentado como sus dos mamás, y nunca hemos sentido ninguna especie de rechazo, cuenta Emma.

La escritora Ivonne Cervantes y la antropóloga Ángela Alfarache, madres de Constanza, han tenido una experiencia similar en sus 16 años de relación amorosa.

Aunque la mayoría de los periodistas quiere saber cómo se dio el embarazo, ese para ellas no es el tema principal. Lo que cuenta es que ambas son madres, y son igualmente responsables de Constanza, la niña que hoy tiene seis años y que para ellas significó toda una revolución personal, una experiencia agotadora, tremenda, mágica, hermosa.

A pesar de su inquietud por la reacción de los grupos conservadores, tampoco vivimos con miedo. Constanza tiene amigos con papás gays y con papás heterosexuales y hasta ahora no ha tenido problemas, como tampoco yo los he tenido, asegura Ángela.

Cuando lleguen las preguntas, sé qué contestaré

Cuando no te toca, aunque te pongas, y cuando te toca, aunque te quites. Guiado por ese razonamiento, Alfonso Aguilar se armó de valor un día y tomó la decisión de confesarle a su mujer que no era feliz, aunque la amaba, y que su deseo era estar al lado de otro hombre.

Hoy, pasado el momento difícil y a sus 37 años de edad, dice haber alcanzado la plenitud: tiene una relación estable con su novio, es buen amigo de su ex esposa y el hijo adolescente que tuvieron ambos es feliz porque ve que sus padres también lo son.

Nunca me he engañado a mí mismo ni tampoco a mi hijo, que tiene una relación muy buena con mi actual pareja. Él intuye que nosotros tenemos una relación, y cuando en su momento me lo pregunte, ya tengo la respuesta correcta, afirmó Alfonso en entrevista telefónica.

A mi hijo se le ha inculcado el respeto por él mismo y por los demás, es muy maduro, me demuestra cuánto me ama y considero que nunca le he fallado, es por eso que las críticas sobre la supuesta incapacidad de los homosexuales para ser padres, se deben a cuestiones políticas o de ignorancia que nada tienen que ver con la realidad.

Un largo proceso histórico

Para que la sociedad mexicana comience a ver como algo natural la paternidad de gays y lesbianas, hace falta desmontar las estructuras simbólicas que etiquetan ese fenómeno como algo perverso y antinatural.

Es la repetición de este estereotipo y la clandestinidad a la que los orilla la discriminación, lo que ha impedido que la mayoría de las parejas del mismo sexo consoliden relaciones a largo plazo, apuntó el antropólogo social y periodista Óscar Salvador.

No hay estadísticas oficiales, pero se ha comprobado que los hijos e hijas de estas parejas son más tolerantes, más respetuosos, son más receptivos y tienen menos ansiedad ante la diversidad de todo tipo, apunta Salvador.

Aunque en los padres y madres gays hay constantemente un sentimiento de ansiedad sobre la forma en que van a formarse sus hijos y cómo los verán los demás, esta situación empezará a cambiar cuando la sociedad se acostumbre a que el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción son parte de la cotidianida

CARTON DE LA JORNADA