miércoles, 30 de marzo de 2011

Necesario “desgenitalizar” la vida de las personas, incluido el matrimonio

  • Matrimonio universal, gran avance en sociedad homófoba, machista y misógina
  • Reconocer a las familias alternativas, el siguiente paso, señalan filósofos
  • Guillermo Montalvo Fuentes
    Foto: Luis Méndez
    México DF, marzo 25 de 2011.
    Durante la conferencia “Fundamentos éticos y filosóficos del derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo”, expertos en la materia coincidieron en que luego de la entrada en vigor de la reforma al artículo 146 del Código Civil del DF, se dio un gran avance dentro de una sociedad que todavía se caracteriza por homófoba, machista y misógina.
    Julio Muñoz Rubio, biólogo y filósofo del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, criticó que a este tipo de matrimonio se le llame “gay”, “homosexual” o “del mismo sexo”, pues dijo, con esto se mantiene vigente la idea de que este enlace es entre individuos sexuados, de acuerdo con la construcción binaria hombre-mujer.
    Señaló que el matrimonio debe ser entendido sin mote alguno, y sin importar si es entre homosexuales o heterosexuales.
    “Que cada quien se case con quien quiera y como quiera, después de todo, el concepto de lo que es ser hombre y mujer, o femenino y masculino, son producto de constructos sociales, de símbolos como el nombre que se le asigna a la persona, su forma de vestir o de hablar, que lo único que hacen es genitalizar la vida de las personas, incluso el matrimonio”.
    De acuerdo con Moisés Vaca, doctor en filosofía por la Universidad de Londres, el matrimonio en una sociedad liberal tiene dos enfoques, uno legal y otro social.
    En el primero se incluye el reconocimiento de derechos hacia la pareja o los hijos, como la tutela, la seguridad social, la filiación y sucesión de bienes; y en el segundo se refiere al “estatus marital”, es decir, la percepción que la sociedad tiene del matrimonio como “máximo fin de la vida”.
    Sin embargo, señaló que se comete una “injusticia brutal” contra las parejas del mismo sexo, pues se les dice que el matrimonio es uno de los más grandes propósitos de vivir, y al mismo tiempo, que ellos, por homosexuales o lesbianas, nunca tendrán acceso a este.
    Aseguró que en el caso particular del DF, donde ya se tiene ganado este derecho, el siguiente paso consiste en reconocer a las “familias alternativas” y dotarlas de protección jurídica el estatus del que gozan conformaciones familiares tradicionales.
    Por su parte, Gustavo Ortíz, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, afirmó que los argumentos utilizados por algunos grupos conservadores, con respecto al matrimonio universal, carecen de fundamento.
    Tras hacer un breve recorrido por la historia del matrimonio en distintas culturas de la antigüedad, el filósofo señaló que posturas que afirman que la homosexualidad es contranatura o una amenaza para los valores familiares, “son absurdas y contradictorias”, además de que evidencian la homofobia de quienes los pronuncian.
    La conferencia tuvo lugar dentro del Foro “El derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo”, evento que contó con el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, así como las organizaciones civiles Católicas por el Derecho a Decidir y Letra S.

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