domingo, 14 de noviembre de 2010

[Red Hispana de Derechos Humanos HIV/SIDA y minorías sexuales] Odio y la violencia la comunidad LGBTI de Uganda‏

A Frank Mugisha, presidente de la ONG Minorías Sexuales de Uganda, no le es ajeno recibir amenazas debido a su orientación sexual. Sin embargo, cuando en octubre un periódico sensacionalista ugandés publicó sus datos personales y pidió que tanto él como otros presuntos homosexuales fueran ahorcados por "reclutar niños" supo que tenía una larga batalla por delante —en la calle y en los tribunales—.

Mugisha ha hablado con Amnistía Internacional del efecto que ha tenido el artículo en su vida, y de la batalla legal emprendida por su organización, de la que de momento han salido vencedores, para impedir que este periódico sensacionalista siga incitando al odio y la violencia contra la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero e intersexuales (LGBTI).

El mes pasado, un día "un amigo me dió el periódico y me dijo ‘vaya, eres uno de los homosexuales más conocidos de Uganda’."

En la portada de la primera edición del 2 de octubre del periódico sensacionalista Rolling Stone aparecía el titular "100 fotos de los homosexuales más importantes de Uganda", con un subtítulo que decía "Ahorcadlos".

Según Mugisha, el artículo del Rolling Stone ha supuesto el intento más grave hasta la fecha de provocar el pánico entre los gays ugandeses.

En la primera página también se recogían las afirmaciones: "Reclutaremos a 100.000 niños inocentes de aquí al 2012, dicen los homosexuales" y "Los padres se angustian al irrumpir los homosexuales en las escuelas". Entre este número, y otro publicado el 31 de octubre, se revelaba la identidad de 117 presuntos homosexuales.

Cuando leí el titular que rezaba ‘ahorcadlos’ y que luego dijeran que hemos salido a la calle a reclutar niños, me preocupó que la sociedad ugandesa leyese ese tipo de informaciones y cuál sería su reacción al leerlo.

Dos días después de que el periódico hubiese salido a la calle, sufrí acoso en mi barrio, acompañado de insultos. Casi todas las personas que se citaban en el periódico han sufrido acoso, y algunas han sido agredidas.

El acoso se produce a través de llamadas telefónicas, o de personas en la calle, vecinos, que les preguntan por qué reclutan niños y les dicen que ‘en los periódicos piden que os ahorquen, y nosotros creemos que os lo merecéis, merecéis que os ahorquen, que os maten’.

La vivienda de una mujer perteneciente a su organización fue apedreada por sus propios vecinos.

Me siento amenazado, siento que ahora debo tener más cuidado que nunca.”

Sin embargo, esta oleada de acoso no ha hecho callar a Mugisha ni a su organización. Han llevado al periódico sensacionalista al Tribunal Superior de Uganda.

El 1 de noviembre el tribunal dictó una medida cautelar contra Rolling Stone, prohibiéndole publicar más datos personales de presuntos homosexuales por constituir una invasión de la intimidad. Este mismo mes se celebrará una vista para estudiar el fondo del asunto.

Según las informaciones difundidas por los medios de comunicación, el periódico ya ha asegurado que incumplirá la prohibición, afirmando que seguirá publicando los datos personales de presuntos homosexuales.

La homosexualidad es ilegal en Uganda en virtud de leyes que se remontan a la época colonial contrarias a las normas internacionales de derechos humanos. En 2009, en un cambio que resulta alarmante, se presentó un proyecto de ley contra la homosexualidad para institucionalizar la discriminación contra las personas a quienes se considere lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y intersexuales. El proyecto de ley aún debe ser sometido a debate en el Parlamento.

Toda esta homofobia surge de la ignorancia. El hecho de que no haya lugar para el debate, que no haya lugar para el entendimiento, es por lo que algunos de estos funcionarios del Estado no comprenden las cuestiones LGBTI.

La labor de Mugisha sigue adelante, con la celebración, prevista para el día 23 de noviembre, de una nueva vista contra el periódico ante el Tribunal Superior. Se muestra optimista por lo que respecta a la vista y confía en el equipo jurídico de su organización. No obstante, la vida de activista LGBTI en Uganda se vive tomando precauciones.

No sé lo que podría ocurrirme en cualquier momento. No sé quién quiere ahorcarme, no sé quién quiere agredirme. No puedo controlar mi destino. [Pero] no puedo volver a encerrarme en el armario —he entregado mi vida al movimiento, no puedo cambiarlo ahora—.

Lo que puedo hacer es seguir luchando y tener mucho cuidado.

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