viernes, 26 de abril de 2013

Ante falta de apoyo oficial, mujeres desisten de buscar a 10 desaparecidos


Ante falta de apoyo oficial, mujeres desisten de buscar a 10 desaparecidos
Los hombres viajaron a Matamoros en julio de 2010 a fin de comprar vehículos para un proyecto ecoturístico
Dejan el destino de hijos y esposos en las manos de Dios y esperan que regresen
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Celerina Santos Santiago, esposa de Nemorio Vizarrateta Vinalay; Plácida Reyes Juarez, casada con Gregorio Hernández Rodríguez, y Marisol Ramos Martínez, cónyuge de Fidel Espino Ruiz, abandonaron la búsqueda de sus parejas, desaparecidas en julio de 2010, por falta de recursos económicosFoto Octavio Vélez Ascencio
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Lanchas para recorridos por la laguna de Zapotengo, municipio de San Pedro Pochutla, Oaxaca. El proyecto ecoturístico de la comunidad quedó abandonado tras la desaparición de 10 hombresFoto Octavio Vélez
Octavio Vélez Ascencio
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 26 de abril de 2013, p. 43
San Pedro Pochutla, Oax., 25 de abril.
Madres y esposas de 10 hombres, tres de la comunidad de Laguna Zapotengo y siete de la cabecera municipal, desaparecidos en el norte del país durante el sexenio de Felipe Calderón, abandonaron la búsqueda después de casi tres años de peregrinar.
Dejamos de buscarlos porque se acabó el dinero. Ahora queda en las manos de Dios que regresen, dijo Celerina Santos, esposa de Nemorio Vizarretea, uno de los desaparecidos, oriundo de Laguna Zapotengo.
Añadió que los 10 varones, integrantes de la Sociedad Cooperativa Ecoturística-Zapotengo Pacheco de Pochutla, desaparecieron el 14 de julio de 2010 en Tamaulipas, adonde fueron a comprar vehículos para su proyecto ecoturístico. Indicó que en su búsquedafuimos a Oaxaca (la capital), al Distrito Federal, a Tamaulipas y a Morelos; nos cansamos de dar vueltas.
Siempre está en mis sueños
Explicó que utilizaron sus pocos ahorros y vendieron embarcaciones destinadas a los recorridos turísticos por la laguna.Acabamos con todo, señaló.
Se quejó de que los gobiernos federal y estatal no ofrecieron ayuda suficiente para seguir la búsqueda. Como no les duele, no hacen nada; no les importa porque no son de su raza, lamentó.
Destacó que no han perdido la esperanza de volver a verlos, la cual se reavivó hace unos días, cuando ganó una ternera en una rifa realizada por el comisariado de bienes comunales de San Pedro Pochutla.
Como esposa de comunero, fui en su representación (a la rifa). Para mí fue una señal de Dios de que está vivo. Lloré mucho, pero no de tristeza sino de alegría; sé que está vivo y que va a regresar, apuntó. Sueño mucho que regresa; también lo sueño enfermo, en la cárcel, gordo o viejito. Siempre está en mis sueños, agregó.
Celerina dijo que la desaparición de los 10 hombres también ha causado penurias económicas, pues la mayoría sostenían sus hogares. Vendimos casi todo, solamente nos quedamos con las casitas. El proyecto (ecoturístico) está parado; la CDI (Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) nos ayudó con una tiendita donde vendemos azúcar, frijol y demás, pero solamente le ganamos un peso a cada producto. Esto no es vida, pero no perdemos las esperanzas; para nosotros no han muerto, siguen vivos. Tenemos la esperanza de que van a regresar y todo se compondrá, terminó.
María Vizarratea, hermana de Luis, Juan Carlos y Andrés, tres de los desaparecidos, explicó que tuvo el último contacto con sus familiares la noche del 14 de julio de 2010 en un mensaje de teléfono celular que envió Isauro Rojas, esposo de su hermana, María de Jesús, para informarle que habían llegado a Matamoros para comprar los vehículos.
“Como no se comunicaban, mi hermana habló a su esposo y contestó un hombre con acento norteño: ‘Policía federal’. Pensó que se había equivocado y marcó nuevamente, pero la respuesta fue la misma”, recordó.
El 29 de noviembre de 2011, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictó medidas cautelares en favor de los 10 pobladores de Zapotengo y San Pedro Pochutla desaparecidos el 14 de julio del 2010 en Tamaulipas.
En el expediente MC-262-11, la CIDH requirió al Estado mexicano aplicar de inmediato las medidas necesarias para determinar la situación y paradero de Fidel Espino, Gregorio Hernández, Andrés, Luis y Juan Carlos Vizarretea, Benito Salinas, Juan Antonio Feria, Isauro Rojas, Adelaido Espino y Nemorio Vizarretea, e informar sobre las iinvestigaciones.
Uno de los desaparecidos, Andrés Vizarratea, fue diputado local del Partido cde la Revolución Democrática y posteriormente miembro de la dirigencia del Partido Nueva Alianza

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