domingo, 7 de agosto de 2011

Profesionalización administrativa y financiera, reto para organizaciones con trabajo en VIH

  • Avances contra la epidemia no podrían entenderse sin la sociedad civil organizada
  • Declaraciones del titular del Censida sobre mal uso de recursos, sin pruebas son “aventuradas”
  • Mario Alberto Reyes-enviado
    Villahermosa, Tab., julio 30 de 2011.
    Tras la puesta en marcha de medidas más rigurosas para que las organizaciones civiles obtengan recursos y así implementar proyectos de prevención del VIH/sida, el reto para estas consiste en profesionalizarse en los ámbitos administrativo y financiero, señaló Alejandrina García Rojas, coordinadora del Programa de Mujeres y VIH de Salud Integral para la Mujer (Sipam).
    En respuesta a las declaraciones de José Antonio Izazola, titular del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida), en torno a las deficiencias presentadas por las organizaciones civiles para comprobar sus gastos, la integrante de Sipam recordó que los avances registrados en materia de reconocimiento de derechos de quienes viven con VIH en México, como el acceso a la atención médica y a los medicamentos antirretrovirales, no podrían entenderse sin el “desempeño clave” de la sociedad civil.
    “Somos las organizaciones quienes llegamos a las poblaciones consideradas clave y quienes buscamos las estrategias más ingeniosas para llegar a los gays, a los hombres que tienen sexo con hombres, a los usuarios de drogas inyectables, a los jóvenes, a las mujeres, siempre desde ambientes respetuosos porque nuestra principal preocupación es que haya menos gente con VIH, que las campañas de prevención sean efectivas y que las personas tengan herramientas para protegerse”.
    Durante la última jornada del XII Congreso Nacional de Sida, la activista subrayó la escasez de cursos relacionados con la administración de las organizaciones civiles, además de que hay pocos administradores que entienden su funcionamiento y saben apoyarlas en aspectos como el pago de impuestos, elaboración de informes financieros y de presupuestos.
    Aceptó que en términos de capacitación financiera y administrativa, las organizaciones civiles “sí estamos cojeando”, pero rechazó que sea por “mala fe” o deseos de quedarse con el dinero, sino porque se trata de asociaciones nacidas de la base comunitaria y problemas específicos como el VIH/sida.
    La activista dijo que la rigurosidad no es sólo del Censida, sino de otros organismos como los institutos de Desarrollo Social y el Nacional de las Mujeres, además de los donantes internacionales quienes exigen más transparencia y un seguimiento más puntual.
    “Creo que en la historia de las organizaciones, hay algunas no necesariamente con trabajo en VIH que han hecho mal uso de los fondos, si es que han existido esos casos, no se le pueden atribuir a un solo movimiento, sin pruebas es aventurado decirlo”, concluyó.

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