sábado, 1 de enero de 2011

El Taller… Una historia por contar*

México DF, diciembre 27 de 2010.
En junio de 1986, la revista Macho Tips anunciaba la “Gran Inauguración de El Taller”. El Taller, disco-bar gay, abrió sus puertas el 11 de junio de 1986 con la complicidad de Luis González de Alba. El Taller tenía como antecedente directo a la cantina gay El Vaquero, ambos con el deseo de albergar hombres homosexuales con una estética ruda, masculina, varonil.
El concepto era novedoso, pues el lugar no tenía la sofisticación de El 9, o la jotería del L’Barón, la entrada era hacia un sótano donde te encontrabas tuercas, tornillos, engranajes, para dar con el guardarropa, en una esquina estuvo una ancla, luego una hélice, una mesa de trabajo… los gatos hidráulicos que sostienen al edificio eran parte de la decoración, una barra a la cual le seguía un pasillo que desembocaba en una pista de vitroblock… ahí los deseos, las alegrías, frustraciones y expectativas de una noche se concentraban.
El slogan que se leía en Macho Tips, Hermes y luego en Boys & Toys obedecía a una frase de aquel libro escrito por Luis González de Alba: “en el mundo existen miles de hombres guapos; algunos no los conocerás y a otros los conocerás en El Taller”. El Taller inició siendo una AC, por lo que en un primer momento se presento el proyecto como una antesala de centro comunitario, pues la idea era tener por las mañanas las asesorías legales, psicológicas, consulta médica por parte del grupo Cálamo –que por los horarios y las instalaciones, tuvieron que emigrar al propio proyecto de este grupo- una biblioteca donde se leía una diversidad de títulos en ese entonces difíciles de conseguir, revistas de igual manera y que llegaron a durar hasta los primeros años de la década de los 90. Tal vez este primer fracaso motivo a que Luis González de Alba, junto con Braulio Peralta, José María Pérez Gay, Guadalupe Loaeza y otras personalidades crearan y mantuvieran los primeros años a la Fundación Mexicana de Lucha contra el Sida.
La gerencia la ocuparon varios personajes de la noche, Mario Robles, quien tuvo a Octavio Raygadas “El viejo” como subgerente; La Kika, con Ernesto Rendón de subgerente; a Joaquín Martínez, con Arturo de subgerente, luego vino la dupla de Alf y Dave mejor conocidos como Alfredo Martínez y David Rangel. Personajes entre los personajes emblemáticos estuvieron: Gabriel –en la puerta-, Genaro –taxista casi oficial-, Mauricio (barman), Miguel Martínez (guardarropa y gerente), Charlie y Genaro –DJ’s- entre otros. Al ser club de Toby de martes a domingo, el lunes se dejo en un principio para la entrada a mujeres, como no hubo el éxito esperado, se convirtió en el día propicio para presentar obras de teatro, algunas actuadas por Ernesto Bañuelos o dar a conocer libros como “La hermana secreta de Angélica María” de Luis Zapata.
En aquellos días, José María Covarrubias había platicado con Luis González la pertinencia de que el espacio albergara a la Semana Cultural que por motivos ajenos a La Pepa, se había quedado sin sede, la plática no quedó en nada, y dejo intranquilo a Luis quien se acercó a Xabier Lizárraga proponiéndole que durante una semana, coordinara platicas con respecto a la homosexualidad.
Xabier invitó a su vez a Alejandro Reza del Grupo Cálamo y las pláticas se iniciaron un 14 de abril de 1987. Hubo en otros espacios intentos de charlas, ya fuera con Cálamo o con el Círculo Cultural Gay, se iniciaron con corta temporada unas charlas en el L’Barón, en día lunes, para finalizar en los Lunes del 9 –Henri Donnadieu y Jaime Vite, se les debe este lugar emblemático- con Cálamo, quienes con sus diversas actividades, conciertos, obras de teatro y demás enfocaron sus baterías a la prevención del VIH/sida.
Mientras el staff de los Martes de El Taller se conformaba y confirmaba con Xabier Lizárraga, Luis Armando Lamadrid, Jesús Calzada, Ricardo Fiallega, Luis Resendiz, Tito Vasconcelos, La Tía Toy, César Estrada, Las Valkirias, Martín Unzón, Javier Sijé entre otros, en la pista se sucedían grupos invitados, presentaciones de libros, discusiones de textos, pervertimentos, nacimiento de grupos como Palomilla Gay o Club Leather de México.
Guerrilla salió el 15 de abril de 1997 esa fue la última vez que escuche la voz de Jesús Calzada diciendo: “Bienvenidos a los Martes de El Taller, disculpe las molestias que esta toma de conciencia le ocasiona”….y la despedida de Xabier Lizarraga “Este fue un martes más de Guerrilla Gay, la presencia de tu ausencia”. A Guerrilla Gay le sucedió el GHAI con Rafael Cruz Báez, Joselo Castillo, Miguel Cano y Armando Cristeto a la cabeza y que permanecieron ahí hasta el 2000 que les sucedió Las Mentes Envenenadas del Grupo Palomilla Gay con Miguel Ángel Ham, Agustín Villalpando y un servidor a la cabeza y cerrar en el 2006 nuestras actividades; después vinieron Alberto Gonze, Ozzy y Gabriel, al igual que Carlos Ceballos para intentar rescatar una actividad fundamental para la vida del lugar y que la gerencia había desdeñado por interés a las artes escénicas.
El bar tuvo sus buenos y malos ratos superando clausuras y cierres más por motivaciones políticas que por situaciones de riesgo por parte de la Cuauhtémoc, crisis económicas como en 1994 que incluso le llevaron a anunciar después de 10 años que el espacio se vendía, su rescate con las actividades de Alf y Dave, la incorporación de El Almacén, la apertura de una sex shop, un cuarto oscuro, la entrada y salida del restaurante Mediterráneo, la inauguración de la Estación a los lugares administrados por Alf y Dave.
No se olvidará jamás el apoyo que brindó El Taller a grupos de lucha contra el VIH/sida, al Mix, al Premio al (Ya) Mérito Gay, a las Marchas del Orgullo y diversas actividades de corte cultural gay. Hay que señalar que durante la campaña en contra de los lugares GLBT en la Ciudad de México los martes de El Taller llegaron a tener su momento de exilio en La Estación y que promovió una pequeña manifestación por el cierre del local, defendido por muchos chicas trans y chicos Cabaré-Tito ¿Dónde quedaron los parroquianos de rudas maneras y varoniles?
Después de que el Almacén albergara shows de cabaret, El Taller decidió brindar su pista para estos fines, ahí Pedro Kóminik, Alejandra Bogue, Daniel Vives, Regina Orozco y las Hermanas Vampiro entre otros se trasladaron para cosechar triunfos, eran otros tiempos y mientras la estrella de El Taller se eclipsaba, la de los Cabaré-Titos apenas despuntaba bajo la gerencia de David Rangel. La madrugada del 19 de diciembre del 2010, un servidor fue el último parroquiano en salir de El Taller, atrás quedaba la historia de uno de los lugares más emblemáticos y el más antiguo de la Ciudad de México si tenemos en cuenta la durabilidad de los antros gays. La última filmación que se hizo ahí fue el docudrama de los 41 de TVUNAM dirigido por Luis Chapital Almeida.
La despedida fue triste, a la medianoche en que por lo general se llenan los lugares y se atasca del sudor, la cerveza y la risa… no quedaba más que una veintena de parroquianos que tomaban cerveza, se abrazaban, tomaban fotos del lugar, platicaban con los meseros, con el gerente, se ligaban por última vez, lo que en un momento albergo a strippers como Yago –famoso por Sexo, Pudor y Lágrimas- o frecuentado por Escorts a la altura de Viktor el Ruso, era un terreno desolado, triste como lo es la despedida de quien acompañó a muchos durante 24 años, a otros “una vida en el ambiente”.
La pantalla proyectaba alguna película porno y recordé cuando vi ahí “Amor Chacal” de Juan Carlos Bautista, pase mis manos por las tuercas y tornillos que me invitaron hace algún tiempo a vivir mi gayacidad, a sentirme libre, a gritar, a pelear, a organizarme, a disfrutar del amor y apasionarme con esos hombres guapos que solamente ahí conocí…
*Este texto es un extracto de la tesis “Espacios de identidad y conciencia del movimiento gay en la ciudad de México, 1985-1997: El Taller” del historiador y activista gay Miguel Alonso Hernández Victoria, mejor conocido como Juana la Loca. NotieSe agradece su generosidad.

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