sábado, 3 de noviembre de 2012

Juarenses limpian la tumba abandonada de Marisela Escobedo, la activista asesinada


Juarenses limpian la tumba abandonada de Marisela Escobedo, la activista asesinada
Foto
Visitantes en el panteón Jardines Eternos, ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, limpian y decoran la tumba (a la izquierda) de la activista Marisela Escobedo, asesinada en diciembre de 2010Foto Felipe García
Rubén Villalpando
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 3 de noviembre de 2012, p. 24
Ciudad Juárez, Chih., 2 de noviembre. Ante el abandono en que se encuentra la tumba de la activista Marisela Escobedo Ortiz –asesinada afuera del palacio de gobierno de Chihuahua, el 16 de diciembre de 2010– ciudadanos que acudieron este Día de Muertos a recordar a sus difuntos, se organizaron para limpiarla, colocarle una ofrenda y adornar con flores el sepulcro.
María Castellanos, ciudadana estadunidense que sepultó a uno de sus hijos al lado de la tum- ba de Marisela Escobedo, dijo que cada vez que viene al pan-teón deja flores en la tumba de la activista y además la limpia, porque ella (Escobedo) era una mujer ejemplar, con una dignidad que debe ser recordada, ya que dio la vida exigiendo justicia por su hija (Rubí) Marisol.
Recordó que los hijos de Marisela Escobedo están asilados en El Paso, Texas, por las amenazas de muerte en su contra, y manifestó que si los muchachos pudieran estar aquí, seguramente no descuidarían de tal manera la tumba de su madre, quien fue una gran mujer.
Merece un monumento
Agregó que los activistas que conocieron la desgracia de Marisela, así como las autoridades que dicen defenderla, deberían de cooperar para colocarle una lápida con un mensaje fuerte y hasta hacerle un monumento, porque ella representa la dignidad de la mujer juarense y de muchas otras partes.
Como la lápida ni siquiera tiene la placa de cartón que colocan los dueños de los panteones particulares, otro joven de nombre Joel, quien visitó el sepulcro de su papá muerto cerca de donde se encuentra inhumado el cuerpo de Marisela, tomó una pala y le dio forma a la tumba.
Otros concurrentes al panteón, al enterarse donde estaba la tumba de Marisela se organizaron y trajeron flores, agua, pan de muerto y una figura de la Virgen de Guadalupe; otros organizaron rezos para que descanse su alma junto con su hija Rubí Marisol, de 16 años que fue sepultada en la zona infantil del panteón.
Escobedo Ortiz inició sus actividades de protesta en 2008 en Ciudad Juárez, cuando desapareció su hija de 16 años de edad y señaló entonces a la pareja de ésta, Sergio Rafael Barraza Bocanegra, como el presunto asesino, quien dos años después confesó la autoría del crimen y señaló el lugar de sepultura de los restos de Rubí. Sin embargo, los jueces lo declararon inocente por falta de pruebas y lo pusieron en libertad.
Por este motivo Marisela Escobedo inició una serie de protestas contra la resolución de las autoridades del estado de Chihuahua, y exigió que Sergio Barraza fuera detenido y sometido nuevamente a juicio

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