martes, 9 de febrero de 2010

Palabra de Antìgona. Legalizar es muy diferente a despenalizar‏

Legalizar es muy diferente a despenalizar:
legalización de la producción, expedición y consumo de la droga implica que se permita el florecimiento de negocios que la produzcan , la expendan y promuevan su consumo para medrar, de manera lícita y también de manera lícita, envenen a los consumidores.
Despenalizar el consumo implica que a los consumidores no se les castigue por satisfacer su adicción y que el gobierno les proporcione las dósis necesarias para que mediante tratamiento médico se les controle el problema, es decir al tener el gobierno el control de la producción , la expedición y promoción, se acaba el negocio que florece con el mercado negro y se trata a los adictos como población con problemas de salud bajo control médico por parte de las autoridades médicas de salud.
Por lo tanto se debe de dejar de confundir a la población hablando de legalización, eso es lo que quieren los que ahora se benefician, que la población se espante con el término "legalización" y por lo mismo se opongan a la despenalización y que así siga el negocio a todo lo que da como mercado negro.
Saludos

Como todos los lunes envìo junto a Palabra, la columna de Soledad Jarquin Mujeres y Polìtica, como siempre agradecemos sus comenarios. Gracias y esperamos que difundan, lean, compartan, y publiquen Gracias

Palabra de Antígona

Votar por la liberación de las drogas

Por Sara Lovera

El asesinato de 16 jóvenes en Ciudad Juárez convoca a una revisión de la política anticrimen que dice ejercer el gobierno en funciones. Obliga a repensar y a discutir; a escuchar a la población, que en ese rincón de México junto a la frontera esta desesperada. Sería bueno que se empezara por reconocer que hasta ahora hay demasiada sangre regada en el país.

Durante tres días escuché esta semana en la ciudad de Berlín, Alemania, a los defensores de Derechos Humanos, sacando fuerzas de su generosidad para pensar que frente al crimen cotidiano todavía se pueden hacer gestiones. Confían en la vía pacifica, en el diálogo.

Aquí escuché a la diputada al congreso de la Unión Europea, Herta Daubler-Gmelin, explicando que Raúl Romeva hizo un escrupuloso informe sobre el feminicidio; que tiene un expediente enorme de los abusos en Ciudad Juárez y que es necesario pedir a la Unión Europea, en sus acuerdos con México, que exija el respeto a los derechos fundamentales.

Vi a los agotados defensores y representantes de los conflictos, a Dolores González, directora de SERAPAZ, hacer sus mejores esfuerzos para explicar la desigualdad en México y el coraje de las y los indígenas por salir adelante.

Vi cómo Yesica Sánchez se contenía para no romper en llanto cada vez que sacaba su lista de asesinadas en Oaxaca y quería hacerse escuchar por el auditorio sobre el significado de los cambios constitucionales que buscan terminar con el derecho al aborto legal.

A pesar de un discurso que conducía a la desazón nadie pedía tirar al gobierno mexicano, derrumbarlo, desconocerlo. Porque en estos días, en este examen de México en Berlín, es claro que hay criminalización de la protesta de Campeche a Ciudad Juárez, de Guerrero a Veracruz, de la montaña a la planicie y mientras Ignacio del Valle deberá cumplir una sentencia de 112 años todavía no se castiga a ningún policía por los abusos a las 34 mujeres en Atenco; lo grave que ni hay presos o perseguidos por los crímenes de 36 más en Oaxaca, ni se sabe si algún día se encontrará a los militares que abusaron en 1994 de tres jóvenes tzeltales, ahí en Altamirano Chiapas.

Y desde las organizaciones en Guerrero se espera que la Comisiòn Interamericana de Derechos Humanos resuelva sobre Inès y Valentina, abusadas por el ejèrcito desde 2001.

Es claro que no es pareja la ley ni lo que llaman sistema de justicia. Y la violencia, dicen, tiene que ver con el narcotráfico, por eso argumentan que no saben distinguir. Por eso Felipe Calderón consideró que los jovencitos de la colonia Salvalcár, que celebraban un cumpleaños, eran una pandilla relacionada con el narcotráfico. Habría que diagnosticar a este individuo esquizofrenia, seria y dura o sea incapacidad para percibir la realidad y falta de coordinación ejecutiva.

Calderón está en la mira. La Coordinadota Alemana por los Derechos Humanos en México con el apoyo de la Fundación Heirnrich Boll han tomado nota, vio películas, informes, ha contrastado éstos con los que llevó Rupert Knox de Amnistía Internacional, ubicado en Londres; escuchó a periodistas sobre cómo se persigue y se mantienen los monopolios televisivos, en fin que la reputación del que vive como presidente en la casa de Los Pinos en México ya no engaña a nadie.

En estos días veremos que la terrible matanza cotidiana en Ciudad Juárez, la persecución a los defensores de Derechos Humanos y los ojos internacionales que no se van a apartar permiten que el problema vaya amainando. No es soportable por más tiempo.

Y un consejo a las y los políticos sería muy conveniente quitar el negocio de las drogas, legalizarlas; ir a pedir cuentas del lavado de dinero a los bancos, no a los pobres; levantar un acuerdo internacional de la prohibición de la venta de armas. Una campaña internacional que quitara esos negocios es lo único que puede salvarnos, porque sin crimen el gobierno no podría justificar la persecución a la protesta social.

A ver cómo puede hablar en foros internacionales de respeto a los derechos principales, a los 16 que garantiza la Constitución, esos que coinciden con los de la ONU. Esos, como se sabe, que todavía están en el pacto social de 1917 y de los que se olvida Calderón y esa su pandilla, esa sí es una pandilla.

Mujeres y política

Estrategia Fallida

Soledad JARQUIN EDGAR

“Estrategia fallida” es la frase más empleada en los titulares de los diarios en los últimos tiempos, vox populi que no se escucha y cada día se silencia más frente a la realidad que provoca el huracán en que se convierte Felipe Calderón: 18 mil ejecuciones en este sexenio.

Cada noche al concluir el día y desde que Felipe “el Valiente” declaró la guerra al narco, la masa frente a los noticiarios televisivos ve pasar un desfile de “capos”, de “jefes de jefes”, de peligrosos delincuentes que son detenidos; nos enteramos de las oscuras componendas narco-policías, narco-autoridades y frente a la paranoia empezamos a creer, como ya lo hicieron alguna vez, (la corrupción somos todos) que todos somos narcos.

La realidad huracanada nos deja un país de desastres, donde la economía nos levanta con la noticia de más alzas a la gasolina –qué son ocho centavitos-, la pretensión de imponer impuestos a las pensiones, de arreglos políticos en busca de las gubernaturas, presidencias municipales y curules en los Congresos y peor aún la falta de política, a lo cual tenemos que agregarle “el entretenimiento” de la farándula televisiva que hace del desastre y la desgracia todo un espectáculo.

La “estrategia fallida” es como un mal contagioso que lleva a dar tumbos dramáticos a la gente como Calderón y su gabinete que en la voz de su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont reconoce que han perdido Ciudad Juárez. Fallidas estrategias que arrastran al país por ese mar de inundaciones entre aguas negras y pestilentes (aclaro que no es por las inundaciones) por penosos caminos hacia una mayor pobreza en muchos sentidos, un caldo de cultivo de lo que después asombra y molesta y se reprime por peligrosa.

Estrategia fallida como la empleada por la priista oaxaqueña Margarita Liborio que obedeciendo a un mando masculino, no sabemos si éste emanaba de quien iba detrás de ella, increpó con violencia a otro diputado en el Congreso federal y mostró lo que “analistas” llamaron “el nivel de la política en Oaxaca” para concluir “(que por ese nivel de políticos y ahora de políticas) Oaxaca estaba como estaba”. Es decir y para acabar pronto: bien jodido.

Lo sucedido entre la diputada priista y el “panista” Guillermo Zavaleta es apenas el principio o el segundo capítulo de ese nivel que no quisiéramos ver en los procesos electorales, donde ante la falta de argumentos y propuestas sale lo peor de las personas. Me pregunto que sanción tendrá Margarita Liborio que ha insultado no sólo al panista Zavaleta sino a todo Oaxaca que ahora es carne de cañón y mofa. Su lenguaje sexista y muy patriarcal –el mismo que tanto daño provoca en las mujeres- equivale a lo que hizo el diputado chiapaneco expulsado del PRD por discriminar.

Será capaz el PRI de sancionar a la Liborio o doña Beatriz Paredes seguirá aceptando el porrismo que efectivamente hace tanto daño a Oaxaca, bueno ya de perdida que la “señora” salga y ofrezca una disculpa, que se llene de vergüenza como ella ha hecho sentir a la gente de este estado.

Lo que ya me queda claro es por qué los y las diputadas priistas de Oaxaca en el Congreso Federal no escuchan y menos atienden los reclamos sociales. Este 4 de febrero en San Lázaro más de 400 mujeres del país se reunieron con diputados y diputadas de todas las facciones políticas para exigir la ex carcelación de mujeres presas por abortar y para detener la iniciativa de reforma del gobernador veracruzano del PRI Fidel Herrera para reformar el Artículo 4º. Constitucional que pretendía el reconocimiento a la vida desde el momento de la concepción y hasta la muerte natural. Lo lamentable del caso es que ningún diputado o diputada por Oaxaca, de ningún partido político asistió a la reunión, están como dicen ocupados en la grilla electorera.

La promesa de las y los diputados priistas, en especial de los propios veracruzanos, fue “detener” esa iniciativa, luego de que la feminista Dafne Cuevas les corrigió la plana cuando expusieron que pedirán que les devuelvan la iniciativa, cosa que ya no es posible. Increíble pero cierto, los legisladores no conocen los mecanismos ni su trabajo, pese a que algunos han repetido una y otra vez.

En la bipolaridad priista, Cristina Díaz diputada de Nuevo León, aseguró que su partido no permitirá retrocesos en los derechos conquistados por las mujeres, es de suponerse entonces que la señora desconoce que en 18 estados la mayoría priista dio el salto más retrógrado de los últimos 70 años, “al dar más valor a un conglomerado de células que a la vida y el bienestar de las mujeres vivas”, como dijo Josefina Chávez del grupo de Feministas Socialistas y del Pacto Nacional por la Vida, la Libertad y los Derechos de las Mujeres.

El caso de la diputada Díaz es “pasable” está como decía antes dentro de la bipolaridad priista, la que no tiene vergüenza es la diputada del PAN, Laura Elena Estrada, quien al término de la reunión en el salón Verde “se dio por enterada” del asunto al que iban las mujeres y explicó que pasará el dato a sus compañeros de bancada. A Alejandro Encinas del PRD le llamaron la atención y pidieron que fije alguna postura con respecto a los gobernadores de su partido, como el de Chiapas, que han solapado este desastre para los derechos humanos de las mujeres.

A la protesta asistieron más de 50 mujeres oaxaqueñas y fue la regidora Bárbara García Chávez la que habló frente a las diputadas y diputados, advirtió que no es suficiente lo que se ha hecho hasta ahora con las reformas que reconocen el Estado Laico, porque no garantiza los derechos y libertades de las mujeres y pidió que el Legislativo “toque la pieza medular de esa iniciativa y detenga la andanada de la derecha para arrebatarnos lo que ya habíamos ganado las mujeres”.

Me pregunto si las señoras diputadas estatales y federales, en especial las de Oaxaca, saben el real significado de sus leyes antiaborto que no sólo vuelven criminales a quienes deciden interrumpir un embarazo, incluso al producto de una violación, sino que con su determinación legislativa –por decisión política- ponen en riesgo la vida de las mujeres, es decir, aumentarán las cifras de muerte matera y, peor aún, los casos de discapacidad, al favorecer “la industria” del aborto clandestino.

Para terminar habría que reconocer la rápida intervención de las autoridades de los Servicios de Salud para salvar la vida de una menor atrapada y castigada por la pobreza, desnutrida y enferma y además violada sexualmente, la cual fue canalizada al Hospital Infantil en México. La tragedia de esta niña es la suma de una realidad que viven miles de mujeres en Oaxaca y que poco parece importar a quienes hacen las leyes y a quienes hacen las políticas públicas. Ahora habría que esperar los resultados en la aplicación de la justicia, esa que generalmente no alcanza para los que menos tienen, basta recordar el caso de las hermanas Virginia y Daniela Ramírez Ortiz, desaparecidas desde el 5 de julio de 2007 en la región Triqui, para quienes no hubo justicia aunque el procurador de Oaxaca Evencio Nicolás Martínez Ramírez, diga y opine lo contrario, todo fuera como declarar, a propósito de las estrategias fallidas. Ojalá que no crean que la solución es plantar al Ejército.

Otra estrategia fallida, bajo advertencia no hay engaño, es colgarse milagritos como hacen ahora con Eviel Pérez Magaña, quien habla de todo, incluso lo que no hizo, es decir habla de todo.

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