miércoles, 11 de julio de 2012

Lamentan activistas cierre del albergue para migrantes San Juan Diego, en Tultitlán


Lamentan activistas cierre del albergue para migrantes San Juan Diego, en Tultitlán
Critican la falta de apoyo del obispo de Cuautitlán a la labor pastoral hacia un sector vulnerable
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Conferencia de prensa del sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue para migrantes Hermanos en el Camino, acompañado de Leticia Gutiérrez, directora de la Dimensión Pastoral de la Movilidad Humana, y de Alberto Herrera, director de Amnistía Internacional México, ayer en el Centro Pro de Derechos HumanosFoto Luis Humberto González
Fernando Camacho Servín
 
Periódico La Jornada
Miércoles 11 de julio de 2012, p. 20
El cierre del albergue para migrantes San Juan Diego, en el municipio de Tultitlán, tendrá consecuencias terribles para los trabajadores internacionales sin documentos, ya que los dejará aún más expuestos a violaciones de derechos humanos de todo tipo.
Así lo advirtieron activistas especializados en el tema, quienes deploraron la inacción tanto de las autoridades políticas del estado de México, quienes nunca buscaron alternativas de reubicación para el sitio, como de la Iglesia católica, por su falta de apoyo a quienes realizan la labor pastoral de apoyo a los sectores más vulnerables.
Rubén Figueroa, activista del Movimiento Migrante Mesoamericano, advirtió que el cierre del albergue de Lechería –fundado en enero de 2009– tendrá consecuencias terribles, no sólo porque los trabajadores indocumentados se quedarán sin un lugar donde descansar y alimentarse al menos por algunos días, sino porque además estarán más expuestos a las extorsiones, los secuestros y otras agresiones xenófobas.
Los problemas no van a desaparecer, van a agudizarse
Es lamentable el cierre, porque se rompe todo el trabajo de concientización y diálogo con las autoridades. Es un retroceso en lo ya ganado en esta zona, y es mentira que quitándolo van a desaparecer los problemas: van a agudizarse, señaló Figueroa, quien criticó la falta de apoyo del obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, y las omisiones del gobierno municipal.
Figueroa destacó que los abusos contra migrantes ocurren sobre todo en entidades bajo el control del PRI, empezando por el propio estado de México, gobernado hasta hace algunos meses por Enrique Peña Nieto. Esta es una señal de lo que se viene en contra de los luchadores sociales y los grupos vulnerables en el nuevo gobierno del país.
Pedro Pantoja, director de Belén Posada del Migrante, en Saltillo, Coahuila, también lamentó la clausura del albergue San Juan Diego, motivada en gran parte por la hostilidad de muchos vecinos de Tultitlán, quienes consideran a los migrantes como una presencia negativa e incluso amenazaron con ya no dejarlos pasar.
Estoy triste, porque esta es una ruptura de la sensibilidad y el humanismo. Van a provocar una dispersión de los migrantes, y eso los expone más al crimen organizado. Es un golpe muy duro ver que México sigue siendo tan salvaje y tan poco solidario con esta gente, pero pienso que el cierre va a ser temporal, indicó

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