martes, 24 de enero de 2012

Desnutridas y en la miseria, 400 familias jornaleras en Huejutla

En pago por su trabajo, campesinos de esa zona de la Huasteca hidalguense reciben sólo hojas de maíz, que luego secan y venden

Indiferencia de autoridades laborales del estado, dice

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Jornaleros del municipio hidalguense de Huejutla, en la Huasteca, laboran en los sembradíos de maíz, ejote y calabaza y padecen graves problemas de desnutrición.Foto Aldo Falcón
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El banco de alimentos que asiste cada semana a 6.5 por ciento de los 776 mil habitantes desnutridos que hay en la entidad, según cifras del ConevalFoto Aldo Falcón
Armando Cruz Sánchez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 24 de enero de 2012, p. 35

Pachuca, Hgo., 23 de enero. Unas 400 familias jornaleras del municipio de Huejutla, región de la Huasteca, padecen graves problemas de desnutrición y viven en condiciones infrahumanas en los sembradíos de maíz, ejote y calabaza, afirma Gloria María Aguirre Pérezgrovas, directora del Banco de Alimentos del Centro del Estado de Hidalgo (BACEH). “Hay hambre en Hidalgo y… fuerte”, subraya.

En entrevista, explica que hay niños de entre 5 y 6 años que trabajan en los campos de ejote con sólo un café en la panza, ante la indiferencia de las autoridades laborales del estado.

Refiere que en esa zona los jornaleros reciben únicamente en pago por su trabajo las hojas del maíz, que luego deben secar y comercializar como envoltorio para los tamales.

Es terrible ver que viven en condiciones infrahumanas en Huejutla, pues ellos mismos (los jornaleros) construyen con plásticos sus casas en los terre- nos donde pizcan y no tienen ningún tipo de servicio, viven hacinados y defecan al aire libre, comenta.

Agrega que el BACEH asiste humanitariamente a esta población, llevándole, además de frijol, arroz y avena, la papilla elaborada por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, conocida como HIM-Maíza (maíz nixtamalizado, leche entera en polvo, azúcar y aceite vegetal), con la cual es posible sacar a los niños de la desnutrición en seis u ocho meses.

Aguirre Pérezgrovas señala que la hambruna ha alcanzado el medio urbano, pues en Pachuca el BACEH atiende semanalmente a decenas de habitantes de los cinturones de miseria de esta capital que acuden a su bodega de la Central de Abasto en busca de alimentos de segunda calidad, donados por agricultores de estados tan distantes como Chiapas, debido a que no cumplen los estándares comerciales.

Aguirre Pérezgrovas agrega: Son 51 mil hidalguenses los que reciben ayuda humanitaria del banco de alimentos, apenas 6.5 por ciento de los 776 mil habitantes desnutridos que hay en la entidad, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval).

La directora del BACEH resalta que no siempre es fácil conseguir alimentos para la población necesitada, pues en ocasiones los donativos de las grandes tiendas de autoservicio consisten en chicles o chocolates sobrantes del 14 de febrero, (Día del Amor y la Amistad), que no son precisamente los productos que se requieren.

Dice que los productores del campo se han percatado de la demanda que existe por segundas y terceras (sobras de las cosechas) y ya no las quieren donar, buscan sacarles provecho económico.

Semanalmente decenas de familias de colonias marginadas como Cubitos, La Raza, Matilde, Téllez y Felipe Ángeles, entre otras, visitan la bodega del BACEH ubicada en la Central de Abasto de Pachuca.

Ahí compran una canasta de alimentos básicos a 15 por ciento de su precio real, cuando los productos que contiene son donados, o al costo, cuando el banco de alimentos debe comprarlos directamente al fabricante.

Investigadores de El Colegio del Estado de Hidalgo (Colehi) revelaron que a causa de la pobreza, el desempleo ascendente y la baja generación de riqueza, en algunas municipios hidalguenses de la Huasteca y la Sierra de Tenango, se registran niveles de marginación similares a los de Congo y Botsuana, países africanos donde una de cada tres personas padece hambre.

Mauricio Márquez Corona, economista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y actual delegado del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en la entidad, explicó que en las regiones mencionadas los habitantes de Xochiatipan son tan pobres como los del Congo, y los de Huehuetla, Tepehuacán, Yahualica, Pisaflores y San Bartolo Tutotepec, más pobres aún que los habitantes de Botswana.

Según una investigación, los casos menos dramáticos en la Huasteca son Huejutla y San Felipe Orizatlán, cuyos índices de desarrollo humano (IDH) se encuentran ligeramente debajo de los observados en Argelia y Nicaragua, respectivamente.

En contraste, Pachuca, Tula de Allende, Tizayuca y Tulancingo, que concentran el grueso de la actividad productiva del estado, presentan IDH semejantes a los de Portugal, Croacia y Argentina

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