sábado, 19 de noviembre de 2011

Reciben Miguel Concha y Tita Radilla premio Ponciano Arriaga

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) otorgó el Premio Nacional Ponciano Arriaga al sacerdote Miguel Concha Malo por su trayectoria en la defensa de las garantías fundamentales, así como a Tita Radilla Mendoza por su lucha de más de 30 años por aclarar la desaparición de su padre, Rosendo Radilla.

Yo me declaro Indignado, dijo Concha Malo al recibir el reconocimiento, continuamos en esta lucha junto con todos ustedes: rescatando la dignidad del ser humano, que es sujeto, no objeto; no es medio, es fin, y sus derechos fundamentales, como el instrumento privilegiado de reconstruir nuestro tejido social, roto por la violencia, de reconstruir la dignidad de nuestras relaciones sociales.

Al señalar que también en México se demandan de manera pacífica más oportunidades de educación y de trabajo estable y bien remunerado, destacó que las manifestaciones efectuadas principalmente por jóvenes de todo el mundo, conocido como Movimiento Internacional de Indignados, tienen varios denominadores comunes:

El repudio a un sistema global, agotado por sacrificar el bienestar de las poblaciones en aras de maximizar las utilidades de pequeños grupos de capitalistas, así como el hartazgo de sectores sociales excluidos de la economía y la política formal, despojados de futuro y de un lugar en el mundo y su inconformidad ante regímenes políticos que han permitido y auspiciado la grotesca concentración de la riqueza en unas cuantas manos.

Entrevistado luego de la ceremonia de premiación, Miguel Concha dijo que el reconocimiento del que fue objeto lo entiendo más que nada como un reclamo de que todos los defensores y defensoras de los derechos humanos del país gocen de las debidas garantías para poder llevar a cabo su trabajo.

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Miguel Concha y Tita Radilla, luego de recibir el reconocimiento Ponciano Arriaga, entregado por la CDHDFFoto Carlos Cisneros

En ese sentido, agregó, hay mucho por hacer, pues quienes trabajan por el respeto a las garantías fundamentales siguen siendo objeto de amenazas, intimidaciones, así como de descalificaciones por parte de servidores públicos y la iniciativa privada.

De su lado, Tita Radilla criticó la falta de voluntad de las autoridades para investigar los casos de desapariciones forzadas y que mediante la creación de fiscalías especiales sólo han logrado la acumulación de casos.

No buscan esclarecer nada, sino que los familiares les digamos en dónde están nuestros desaparecidos, sostuvo, y señaló que tan sólo en el estado de Guerrero se tienen reportes de hasta más de 600 personas desaparecidas en los años 70 del siglo pasado.

El galardón fue entregado por el presidente de la CDHDF, Luis González Placencia, quien explicó que el premio Ponciano Arriaga –quien fuera impulsor en 1847 de la Procuraduría de los Pobres en San Luis Potosí, antecedente de las comisiones de derechos humanos–, instituido este año por la comisión en el contexto del bicentenario de su natalicio, tiene como propósito reconocer los esfuerzos de vida de quienes, desde las diversas trincheras de la sociedad civil, aportan sus propias historias a la de los derechos humanos en México

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