martes, 25 de octubre de 2011

Preocupa a mil científicos y a la ONU el uso de maíz transgénico

Llaman a Iniciativa México a no premiar el proyecto Maíces Mexicanos, financiado por la trasnacional Monsanto, debido a que traería un serio riesgo de contaminación por flujo génico

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Un agricultor muestra una mazorca dañada por las lluvia en el departamento de Cuscatlán, municipio de Suchitoto, ubicado a 76 kilometros al norte de San Salvador. Las lluvias torrenciales en Centroamérica obligaron a miles de personas a abandonar sus hogares. Los medios locales informaron que el gobierno salvadoreño atenderá la catástrofe humana con la distribución de alimentos en los refugiosFoto Reuters
Angélica Enciso
Periódico La Jornada
Martes 25 de octubre de 2011, p. 40

El maíz criollo, del que México es centro de origen, ya que aquí se encuentran 59 de sus razas, no sólo es el cultivo más importante en el mundo y forma parte del patrimonio cultural y alimentario de la humanidad, sino que también servirá para hacer frente al cambio climático y el hambre, sostuvo Antonio Turrent, vicepresidente de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS).

Aseveró que gran parte de la siembra que se hace en el país es de las razas nativas, por lo que de acabar con ellas y sembrar maíz transgénico significaría una producción cercana a cero del grano criollo en esas áreas.

No habrá manera de detener el flujo genético de los maíces transgénicos, por lo que se extenderá a todo el país en un camino sin retorno. Los granos genéticamente modificados tampoco representan más productividad y sí ponen en riesgo a los maíces mexicanos, señaló.

Greenpeace, Semillas de Vida y Raúl Hernández –ganador de Iniciativa México 2010–, señalaron que ya se ha detectado maíz contaminado por transgénicos, con lo que se pone en riesgo la condición privilegiada de México como reservorio genético.

Entidades internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, han mostrado su preocupación por la contaminación génica si se introducen cultivos transgénicos en los centros de origen, por ejemplo, la papa transgénica en Bolivia o el maíz transgénico en México. Llamaron al programa Iniciativa México a no permitir que se contamine con la premiación del proyecto Maíces Mexicanos, el cual, aseguraron, ha sido financiado por Monsanto, empresa trasnacional que busca comercializar semillas transgénicas en el país, las cuales plantean un serio riesgo de contaminación por flujo génico hacia los maíces mexicanos.

Alrededor de mil científicos nacionales e internacionales han expresado su preocupación por los riesgos del uso de maíz transgénico en México, y hasta el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, planteó en su recomendación oficial el regreso a la moratoria sobre las pruebas de campo y en el cultivo comercial de maíz transgénico, con la finalidad de proteger la biodiversidad de las gramíneas.

Los consumidores seremos afectados, pues se pone en peligro el principal alimento que nos provee de 55 por ciento de ingesta calórica diaria y 22 por ciento de la proteína a los mexicanos. También coloca en peligro la producción y variabilidad que permite la riqueza de platillos mexicanos, para cada uno de los cuales se requiere una variedad específica, dijo Adelita San Vicente Tello, de Semillas de Vida.

Además, está demostrado que la coexistencia de maíces transgénicos y no transgénicos no es posible. Es muy grave que industria y gobierno hagan falsas promesas a los problemas del campo, como son los maíces transgénicos tolerantes a sequía. Es sabido por Monsanto y por los funcionarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación que dichos maíces acabarán en la lista de promesas fallidas de la tecnología de los transgénicos: mayor rendimiento y menor uso de agroquímicos., dijo a su vez Alejandro Espinosa, de la UCCS.

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