jueves, 18 de agosto de 2011

"¿Qué están esperando para detener la guerra?", dice Sicilia a diputados

Les exige detener la aprobación a las reformas sobre ley de seguridad

¿Qué están esperando para detener la guerra?, dice Sicilia a diputados
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Armando Ríos Piter (PRD), Josefina Vázquez Mota (PAN), Javier Sicilia y Ramón Martel (PRI), durante el reinicio del diálogo del Movimiento por la Paz con legisladores en San LázaroFoto Cristina Rodríguez
Enrique Méndez
Periódico La Jornada
Jueves 18 de agosto de 2011, p. 7

El poeta Javier Sicilia exigió ayer a la Cámara de Diputados detener la aprobación de la ley de seguridad nacional, pues aseguró que mantenerla perpetuará la guerra declarada por Felipe Calderón contra el crimen organizado, y pidió no sólo sustituirla por una legislación de seguridad humana y ciudadana que nos conduzca a la paz, sino convocar a las fuerzas armadas a un diálogo profundo y constructivo.

Y preguntó a los legisladores: “¿Qué están esperando para detener la guerra? Una guerra tan dolorosa para los mexicanos, que nos la ha impuesto Estados Unidos con su hipócrita puritanismo prohibicionista, su adicción masiva al consumo de drogas, su próspera industria armamentista y su gusto por la guerra.

¿Hasta cuándo, señores legisladores, vamos a permitir que nos sigamos matando para atajar el tráfico de drogas hacia un país que invierte más en su consumo que en educación superior? ¿Cuántas vidas más vamos a seguir, criminalmente, sacrificando? ¿Cuánta más soberanía estamos dispuestos a ceder a las agencias norteamericanas? ¿Cuánto más dolor vamos a aceptar para satisfacer los peores intereses, que son los del dinero y el poder?

Al reiniciar –con dudas fundadas– el diálogo con el Legislativo, Sicilia resaltó que los ciudadanos quieren oír las razones del Ejército, la Marina y las fuerzas armadas en favor de la ley de seguridad nacional, pero que también escuchen las de la sociedad civil.

Primero la patria

Estamos seguros que el interés superior de la patria, que no se reduce a los intereses de sus instituciones, sino al de todas y todos sus ciudadanos, habrá de marcarnos a todos en el camino, planteó.

Sicilia aseguró que aun cuando el Senado atemperó el espíritu autoritario y antidemocrático de la iniciativa presidencial, la ley pretende elevar a rango constitucional una política de guerra que vulnera los derechos humanos y que, lejos de detener la indefensión en la que nos encontramos los ciudadanos, la violencia criminal la ha agudizado.

En un mensaje que leyó al inicio de la reunión –que la Junta de Coordinación Política decidió fuera a puerta cerrada–, Sicilia demandó a los diputados aceptar la convocatoria a convertirse en legisladores de la paz y no de la guerra; en representantes de las necesidades y de las demandas de los ciudadanos y no los custodios de las armas ni los celadores de bunkers y palacios donde, a espaldas de nosotros, se fraguan acuerdos contra la paz y se defienden fueros.

Al hablar en nombre del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, el poeta afirmó que se reanudó el diálogo con una confianza acotada por el descrédito que los legisladores y la clase política se han labrado a sí mismos en la historia nacional. Incluso, leyó versos de Marco Antonio Campos y citó: La patria hiede a discurso de político. Aun así, ponderó que se puede establecer una ruta conjunta para poner lugares, fechas y procedimientos que permitan hacer realidad los compromisos de la agenda asumida en el diálogo del Castillo de Chapultepec.

“Estamos dispuestos a trabajar con el Poder Legislativo en esa agenda, pero les repetimos con toda claridad que ninguno de los compromisos podrá llevarse a cabo plenamente en un escenario bélico cada día más cruel; en un escenario de guerra que tiene balcanizado al país, al grado de que en muchos de sus territorios están suspendidas de facto las garantías individuales y, al lado de los criminales, el Estado viola sistemáticamente los derechos humanos”, afirmó.

Antes, en una breve entrevista a su arribo a San Lázaro, Sicilia insistió en que se pare la aprobación de la reforma a la ley de seguridad nacional y que ésta se sustituya por una ley de seguridad ciudadana y humana.

Confió en que la Cámara atenderá esa demanda. Hemos dado los argumentos más razonables y más claros, contundentes y morales, que podemos. No tenemos por qué entender que no sea así, declaró.

Planteó que también debe aprobarse la ley de atención a víctimas; incrementar el gasto para educación; que se constituya una comisión de la verdad, y que la Cámara apruebe las reformas política y de medios. Vamos por los seis puntos que hemos manejado, expresó.

Poco después de las 8:30 horas, Sicilia arribó a la Cámara de Diputados en un auto manejado por el ex ombudsman capitalino Emilio Álvarez Icaza; en el mismo vehículo viajaba el sacerdote Miguel Concha Malo, presidente del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria.

El diálogo se suspendió hace dos semanas, cuando el movimiento acusó a los diputados de traición, porque la Comisión de Gobernación votó el dictamen de reforma a la ley de seguridad.

Ayer, el poeta definió que la pausa no fue requerida, sino impuesta por la manera en que ustedes, en nombre de sus procedimientos y sin avisar a nadie, contra los acuerdos del 28 de julio en Chapultepec, aprobaron el dictamen en lo general

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