jueves, 28 de julio de 2011

“Ángeles” que defienden el trabajo sexual

Gerardo Suárez López
Alma Delia, integrante de "Ángeles en Busca de la Libertad". Foto: Gerardo Suárez López
México DF, julio 22 de 2011.
Salió de su departamento ubicado en la calle de Bucareli. Al bajar las escaleras del edificio, se topó con tres sujetos en los escalones. Le permitieron pasar, pero justo después escuchó: “¡es ella!”. Corrió de inmediato con los tres individuos detrás. Enseguida, el chasquido del metal le advirtió que “cortaron cartucho” para cargar una pistola, sin embargo, los perdió de vista cuando se metió a las instalaciones de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, entonces ubicada en avenida Chapultepec.
“Yo no tenía enemigos”, afirma Alma Delia, aunque con otras cinco compañeras, en días previos demandó por abuso de autoridad, chantaje y extorsión a servidores públicos que patrullaban las calles vestidos de civiles. “Los conocíamos como “los de vía pública” o de “Gobernación”. Andaban en camionetas”. De aquel incidente han transcurrido 15 años.
Alma Delia es trabajadora sexual. Golpes, extorsión, maltrato verbal e intento de homicidio son los riesgos que ha enfrentado desde hace 35 años. “Desde entonces la policía tiene las mismas características que hoy”.
Ella aún trabaja, pero ahora está organizada con otras compañeras para mejorar las condiciones de su empleo. Junto con 160 mujeres transgénero del Distrito Federal conforma la Cooperativa de Trabajadores Sexuales “Ángeles en Busca de la Libertad”, agrupación que preside.
La organización surgió en 1999 para defender los derechos de las trabajadoras sexuales y combatir el VIH/sida. Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer "Elisa Martínez" ayudó a la constitución jurídica de la cooperativa. Alma Delia además recibió clases en Brigada sobre prevención de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), y del uso correcto del condón masculino y femenino.
Ahora, “Ángeles en Busca de la Libertad” realiza ferias informativas y cursos de estos temas, lo mismo en parques que en universidades como la UNAM y en planteles educativos de nivel medio superior como el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) y del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecytec).
Su labor de promoción de la salud ha sido reconocida por el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida) durante la administración de Jorge Saavedra López.
Los reclamos de los “Ángeles”
Cabello corto rizado y pintado de rubio, piel morena, delantal y un tatuaje de un pequeño corazón cruzado por una flecha. Alma está presente en el XIV Encuentro Nacional de la Red Mexicana de Trabajo Sexual (RMTS) para expresar las preocupaciones de “Ángeles por la Libertad”.
Sus principales amenazas son los asesinatos, la extorsión y la imputación injustificada de delitos durante los operativos de la Cruzada Nacional contra la Trata y Explotación Sexual, implementados por diversos cuerpos policiacos del país. “Que hagan sus operativos pero que no se lleven a gente inocente”.
Al respecto, recuerda el operativo del 13 de enero del año pasado en el hotel Palacio de la colonia Algarín, de la capital mexicana, donde aseguraron a 26 personas, entre ellas, trabajadoras sexuales de la extinta Cooperativa “Por mejores condiciones de salud”, incluida su lideresa Bulmara Vilchis Sánchez, quien murió en el Reclusorio Femenil de Santa Martha Acatitla por una supuesta negligencia médica el 29 de abril pasado.
El operativo y la muerte de Vilchis representaron el “desmantelamiento” de aquella organización, según Jaime Montejo, de Brigada Callejera. El problema está en la criminalización del sexo comercial porque en los operativos “las primeras sospechosas son las trabajadoras sexuales”.
Ante ese panorama “Ángeles en Busca de la Libertad”, al igual que toda la RMTS, busca el reconocimiento de esta actividad dentro de la Ley Federal del Trabajo. “Nos gustaría tener una mesa de trabajo con el gobierno para que se nos reconozca como trabajadores sexuales y trabajadores no asalariados”.
Pero considera que los obstáculos principales de una gestión así son la falta de voluntad de las autoridades porque temen “que se les acabe la mina de oro de la extorsión, porque quieran o no, ese es el gran negocio para ellos”.
Lugares de trabajo y extorsión
Alma Delia, de 53 años, afirma que las reubicaciones de trabajadoras sexuales sólo sirven para que otras invadan las zonas desocupadas. En el Encuentro Nacional expuso que su cooperativa fue objeto de 13 reubicaciones en el perímetro de la delegación Cuauhtémoc. “No queremos zonas de tolerancia porque sólo vamos a enriquecer a empresarios y gobierno”. Por lo tanto, las trabajadoras de la Cooperativa piden un lugar fijo de trabajo.
Al explicar que los policías controlan las zonas a base de extorsiones, Alma Delia afirma que “el lenón número uno son la policía y el gobierno”. Además, empleadas en el sexo comercial han reportado recientemente a “Ángeles en Busca de la Libertad” que miembros de las organizaciones criminales La Familia y Los Zetas cobran cuotas a trabajadoras de la periferia del Distrito Federal.
Los lugares en que ocurrieron estas prácticas son municipios del Estado de México como Texcoco, Chalco y Ecatepec, así como zonas del DF que colindan con aquel estado: Indios Verdes, los alrededores de la Basílica de Guadalupe, y la parte limítrofe de la delegación Tlalpan. “Nos da miedo pero tenemos que salir a trabajar para mantenernos”.
Asesinatos
La activista demanda que se esclarezcan las muertes de sus compañeras porque “muchas veces matan a las compañeras en los hoteles y no salen noticias porque los hoteleros pagan para que no salgan en los medios”.
Sobre este tema, Jaime Montejo en declaraciones dadas a los medios de comunicación, en los primeros dos años de la administración del primer mandatario Felipe Calderón, se registraron 20 homicidios cometidos contra trabajadoras sexuales en cada estado, pero después de 2008 dejaron de documentarse “datos fiables porque en el Servicio Médico Forense no las registran como prostitutas asesinadas sino mujeres desconocidas”.
En el caso de “Ángeles en Busca de la Libertad”, desde su fundación en 1999 a la actualidad, 10 trabajadoras integrantes de la organización fueron asesinadas sin que hasta ahora se haya resuelto un sólo crimen.
La vida continúa
El padre de Alma Delia falleció cuando ella tenía 17 años. Así que debió encargarse de una gran parte de los gastos de su familia, hogar humilde ubicado en el Centro Histórico. Cuarta entre siete hermanos y discriminada por su aspecto de mujer transgénero, decidió ser trabajadora sexual a los 18.
Incluso con el recrudecimiento de la violencia, “seguiré trabajando”, dice Alma totalmente convencida. Debe continuar para ayudar en la manutención de su madre y de sus sobrinos, quienes también se quedaron sin figura paterna. Uno de ellos, estudia Contabilidad en una universidad pública… Por supuesto, también seguirá trabajando por los derechos de las trabajadoras sexuales.

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