sábado, 7 de mayo de 2011

El envilecimiento alcanzado ya no es humano sino demoniaco: Sicilia

El envilecimiento alcanzado ya no es humano sino demoniaco: Sicilia

Casi no hay Estado para detener el horror, dice en Topilejo

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La Caminata-Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad al cruzar este viernes el límite entre el estado de Morelos y el Distrito FederalFoto Francisco Olvera
Alonso Urrutia y Rubicela Morelos
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 7 de mayo de 2011, p. 2

Al encabezar un mitin en la comunidad de San Miguel Topilejo, en Tlalpan –primera parada de la Caminata-Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad en la ciudad de México–, el poeta Javier Sicilia, condenó la corrupción de gobernantes y políticos que han permitido que el país se haya descompuesto a tal grado que la sociedad viva horrorizada por la violencia.

Es tanto el dolor acumulado que cada quien trae sus propias historias de horror, agregó Sicilia, quien censuró el envilecimiento alcanzado que ya no pertenece a lo humano sino a lo demoniaco. Ante más de un millar de manifestantes, Sicilia ratificó la urgencia de restructurar las instituciones del país, porque prácticamente ya no hay Estado para detener una situación inaceptable para la sociedad.

Sicilia dijo que hay hartazgo social contra la incapacidad de los gobernantes y urgió a un viraje en la estrategia, así como a pugnar por que la Ley de Seguridad Nacional contribuya, prioritariamente, a reconstruir el tejido social, tan desarticulado por efecto de la violencia.

Durante el mitin, se leyó una carta en nombre de la comunidad de Topilejo, en el que se expresaba la coincidencia con la necesidad de impulsar una lucha social contra la situación intolerable de inseguridad que vive el país. La sociedad no puede ser cómplice de asesinatos, por nuestra indolencia, nuestro silencio o nuestro olvido.

En el mensaje de la comunidad, cuestionaron la cadena de asesinatos en el país, que nos arroja a una percepción esquizofrénica de que nuestros muertos nunca existieron, que sólo imaginamos que estaban aquí, porque nos estamos acostumbrando a tanta violencia.

En el templete, Sicilia escuchaba la voz de la comunidad: Queremos trabajar juntos contra este horror de violencia y corrupción, en que se ha convertido el país, condenando no sólo a quienes cometen los actos violentos, sino también a las autoridades que por corrupción u omisión son cómplices”.

El poeta sostuvo: Tenemos que aprender a ser ciudadanos para exigir a los gobernantes y a la mal llamada clase política que cumplan con sus deberes. Consideró que la sociedad civil debe pugnar por cambiar de fondo el rumbo de este país para evitar que continúe esta línea de descomposición institucional que tanto afecta a la población.

La Caminata-Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad arribó ayer a la ciudad de México, sin tanta cobertura mediática como la víspera y con la incorporación de representantes de algunas otras organizaciones y comunidades. Por la mañana, entrevistado sobre los mensajes del presidente Felipe Calderón, Sicilia juzgó que su contenido, un tanto contradictorio, refleja en realidad un desconcierto gubernamental porque estaban acostumbrados a gobernar súbditos y no una comunidad movilizada.

Sin embargo, no se limitó a cuestionar solamente al Poder Ejecutivo, sino también cuestionó a los legisladores y al Poder Judicial, que ha impedido una lucha eficaz contra la violencia. Censuró que en este último se frustren muchas de las detenciones de delincuentes por ineficacia o corrupción.

Por su parte, en entrevista, Rocato –promotor cultural que participa en la organización de la marcha– consideró que los mensajes presidenciales encierran un doble discurso, porque saludan a la caravana, pero mantienen inamovible la estrategia militar de combatir al crimen organizado.

Aseguró que la pretensión presidencial de saludar a la movilización más bien tiene el objetivo de reducirle la presión social de ésta, porque se conoce que la demanda central de la marcha es marcar un alto a la estrategia gubernamental.

La caminata recorrió ayer más de 20 kilómetros desde Coajomulco, Morelos, hasta San Miguel Topilejo, donde pernoctaron, despues del mitin y un festival cultural.

Al entrar en la ciudad de México, la protección oficial se hizo más visible por la confluencia entre la Policía Federal, que escolta la marcha desde la capital morelense, y un ostensible despliegue de agentes capitalinos.

Se prevé que esta mañana la movilización salga de San Miguel Topilejo hacia la Ciudad Universitaria, última parada previa al recorrido final, que se efectuará el domingo rumbo al Zócalo capitalino, donde Javier Sicilia leerá el mensaje central de la caminata-marcha

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