Madrid. Una serie de explosiones y ataques a iglesias cristianas arruinaron este sábado las festividades de Navidad en Nigeria y Filipinas, provocando la muerte de más de 40 personas y decenas de heridos.
En medio de los múltiples llamados de paz por las fiestas de Navidad, al menos siete explosiones sacudieron en las últimas horas varios puntos de la ciudad nigeriana de Jos, mientras que tres templos en Maduguri, fueron incendiados por musulmanes durante la Nochebuena.
Violencia similar vivió Filipinas, donde un atentado con bomba contra una iglesia católica en la isla de Jolo, atribuido al grupo Abu Sayyaf, provocó la muerte de al menos 10 personas, entre ellos un sacerdote, y al menos 11 heridos.
Las explosiones en la ciudad de Jos, centro de Nigeria, provocaron la muerte de al menos veinte personas y decenas de heridas, entre ellos varios de gravedad, lo que podría aumentar el números de víctimas fatales, según un reporte de la cadena Al Yazira.
Las detonaciones se produjeron en las zonas cristianas de Jos, capital del estado de Plateau, a unos días de que 15 cristianos fueron condenados a 10 años de prisión por su participación en la violencia étnico-religiosa de marzo pasado, que dejó al menos 55 muertos.
Los atentados de Jos, una ciudad donde la violencia étnica y religiosa son un hecho cotidiano, no han sido atribuidos por ahora a ningún grupo, aunque se ha culpado a milicias musulmanas, activas en el norte de Nigeria.
En tanto, la norteña ciudad nigeriana de Maduguri, musulmanes miembros de la secta Boko Haram incendiaron tres templos católicos, durante la tradicional Misa de Gallo para iniciar la Navidad, provocando la muerte de 11 personas, entre ellas el sacerdote.
Los ataques contra los templos son los segundos que sacuden Nigeria durante las festividades cristianas, después de los atentados explosivos registrados en marzo pasado, que ha desatado el odio entre ambas comunidades religiosas.
La secta islamista Boko Haram (la educación occidental es un pecado) opera principalmente en el norte de Nigeria, habitada mayoritariamente por musulmanes, y está vinculada con milicianos insurgentes del derrocado régimen afgano del Talibán.
La explosión en la isla filipina de Jolo, considerada bastión de Abu Sayyaf, un grupo islamista vinculado con la red terrorista Al Qaeda, ocurrió la víspera durante las celebraciones de Nochebuena, previas a la Navidad.
El artefacto explosivo fue colocado en una ventana cerca del techo del templo, ubicado al interior de un campamento de la policía en Jolo, donde más de 50 cristianos que habían acudido a la misa de Nochebuena, se encontraban dentro y decenas más llegaban al lugar.
Según las primeras investigaciones, la bomba habría sido colocada dentro de una bolsa de plástico negra y activada a través de un teléfono móvil, cuyas restos fueron recuperadas en el lugar del atentado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario