sábado, 10 de octubre de 2009

Sin atención especializada, más de 50% de los enfermos mentales

Persisten la dificultad en el acceso a servicios clínicos y la discriminación de pacientes, señala

A escala global existen más de 450 millones de personas que sufren trastornos siquiátricos

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Hoy, Día Mundial de la Salud Mental. Instalaciones del siquiátrico Fray Bernardino ÁlvarezFoto Cristina Rodríguez
Ángeles Cruz Martínez

La atención de las enfermedades mentales es un tema pendiente en México, por la persistente dificultad en el acceso a los servicios clínicos, el estigma y la discriminación que padecen los afectados y el alto costo de las medicinas.

Información de la Federación Mundial para la Salud Mental señala que este tipo de trastornos afecta, a escala global, a 450 millones de personas de todas las edades, culturas y niveles socioeconómicos. La depresión profunda es la cuarta causa de discapacidad en el mundo, pero está próxima a ocupar el segundo sitio, asegura el organismo internacional.

El principal problema, señaló Carlos Castañeda González, director del hospital siquiátrico Fray Bernardino Álvarez, es que menos de la mitad de los enfermos recibe atención médica especializada, aunque, según la Organización Mundial de la Salud, en los países en desarrollo hasta 75 por ciento de los afectados se encuentra en esa situación.

Quienes finalmente llegan a los servicios de salud lo hacen después de dos a tres años, porque no habían buscado ayuda o no podían encontrarla.

El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. El lema de este año es La salud mental al alcance de todos, desde el primer nivel de atención.

Afecta a 15% de la población

Castañeda González comentó que 15 por ciento de la población mundial tiene o tendrá algún padecimiento mental en algún momento de la vida; de éstos, 3 por ciento evolucionará a una situación de gravedad y requerirá de internamiento hospitalario.

En el Fray Bernardino la principal causa de hospitalización es la esquizofrenia, seguida de trastornos de personalidad y problemas de conducta y afectivos (bipolaridad, depresión grave con intento de suicidio), entre otros. El nivel de ocupación oscila entre 90 y 95 por ciento, lo que representa un incremento de 12 puntos porcentuales respecto a 2008.

El funcionario mencionó que este aumento se debe, en parte, a la carencia de servicios de salud mental en el país, de manera particular en las entidades aledañas al Distrito Federal.

Resaltó el caso del estado de México, pues aunque cuenta con tres hospitales de siquiatría, por su ubicación resultan inaccesibles para quienes viven en Morelos, por ejemplo. Es más fácil que los enfermos lleguen primero aquí.

Las estadísticas ilustran la magnitud del problema y la capacidad de atención de este nosocomio federal, centro nacional de referencia: al año proporciona 54 mil consultas y recibe a 3 mil 500 nuevos enfermos. Las estancias tienen una duración máxima de 21 días, en promedio, sólo para superar la fase aguda del trastorno de que se trate.

A este nosocomio llegan personas de todo el país, desde los más pobres hasta de clase alta.

Lo más importante es que las enfermedades mentales son susceptibles de tratamiento clínico, en la mayoría de los casos con buenos resultados, indicó.

Superado el obstáculo del acceso a los servicios de especialidad, el siguiente tiene que ver con el apego a los tratamientos, generalmente prolongados. Castañeda explicó que es frecuente la negación del mismo paciente y su familia, ya que para los enfermos las vivencias que tienen son reales.

Además, insistió, hace falta superar el estigma en torno a la enfermedad mental. En muchas ocasiones, por temor a ser señaladas o discriminadas, las personas ocultan su padecimiento.

Generalmente se desconoce que con terapia adecuada, un paciente esquizofrénico, por ejemplo, puede llevar una vida prácticamente normal.

Si acaso los compañeros de trabajo verán a un individuo muy callado, serio, pero es todo lo que se ve de diferente, aseguró.

Luego está el costo de los tratamientos. Es muy alto, reconoció el director del siquiátrico.

El hospital Fray Bernardino Álvarez, dependiente de la Secretaría de Salud, apoya a los pacientes de más bajos recursos, pero esto es insuficiente. No abarcamos a todos los que quisiéramos, reconoció Castañeda.

Se le preguntó sobre el alcance del Seguro Popular en esta área. El funcionario respondió que los afiliados reciben el diagnóstico de depresión y epilepsia, pero sólo medicamentos básicos.

Confió en que pronto se incluirán otros trastornos y se ampliará la variedad de sicofármacos, indispensables en las terapias de los cuadros graves, como la depresión mayor.

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