Jueves 16 de febrero de 2012, p. 18
En un momento en que jerarcas de la Iglesia católica vuelven a difundir criterios políticos en pleno proceso electoral, la Secretaría de Gobernación optó nuevamente por imponer a la Arquidiócesis de México, encabezada por el cardenal Norberto Rivera, la sanción mínima que indica la ley (apercibimiento), esta vez por delitos electorales.
En el expediente abierto a raíz de una queja del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en 2010, la dependencia emitió en principio sólo un apercibimiento para la arquidiócesis y su vocero, Hugo Valdemar Romero, por transgredir la Ley de Asociaciones Religiosas.
Sin embargo, el Tribunal Electoral consideró que limitarse a resolver una amonestación por esa causa era insuficiente, por lo que ordenó a Gobernación definir una amonestación por las infracciones al código electoral.
En cumplimiento a una orden del máximo tribunal electoral del país –cuyas resoluciones son definitivas e inapelables– la dependencia encabezada por Alejandro Poiré la acató y aplicó del nivel mínimo que prevé el artículo 32 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, esto es, un apercibimiento
.
En los hechos, este nivel se convierte en un literal llamado a misa porque está libre de multa económica u otra sanción más elevada. También queda en el sótano del catálogo de sanciones, porque considera que la falta no fue grave (artículo 31) o que alteró la tranquilidad social y el orden público. La sanción debe considerar la situación económica del infractor, la eventual reincidencia y el daño causado. Sin embargo, la conclusión de Bucareli fue que sólo había causales para un apercibimiento. Además, debido a que legalmente no pueden aplicarse dos sanciones distintas por la misma falta, los funcionarios decidieron desde diciembre pasado ratificar el criterio inicial y recurrir a la amonestación mínima.
Lo anterior, de acuerdo con información recabada por este diario, debido a que hasta el momento Gobernación ha mantenido el caso fuera del conocimiento de la opinión pública.
Apenas esta semana, la arquidiócesis volvió a desafiar las normas que le prohíben asociarse con fines políticos, así como realizar proselitismo o propaganda de cualquier tipo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna
, así como del partado que le impide convertir un acto religioso en reunión de carácter político
. En cambio, emitió una guía para sus seguidores en la que subraya que los católicos deben estar atentos al compromiso de los candidatos y sus partidos de respetar el primero de todos los derechos que es la vida, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural
.
La ley permite a Gobernación iniciar una investigación de oficio, sin que medie una queja –como la referida del PRD, derivada del llamado de la arquidiócesis a no votar por este partido por su postura en favor del matrimonio entre homosexuales.
En el Palacio de Covián no se han pronunciado ante esta conducta; en la conferencia de Poiré, el martes en la noche, aseveró que desconocía el texto de la arquidiócesis
No hay comentarios:
Publicar un comentario