La criminalización del aborto en 16 entidades federativas acerca a México a lo que se conoce como Estado totalitario, advirtió ayer el académico Diego Valadés, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El especialista en derecho constitucional estimó que la penalización del aborto es poco responsable y respetuosa, y puede generar en el futuro tensiones imprevisibles e impredecibles en cuanto a su magnitud
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En entrevista con La Jornada, en la Facultad de Derecho de la UNAM poco antes de comentar el libro La despenalización del aborto en la ciudad de México: argumentos para la reflexión, hizo un llamado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que, con motivo del recurso de inconstitucionalidad promovido por el procurador de derechos humanos en Baja California, se pronuncie y resuelva, como es razonable que lo haga, acerca de la inconstitucionalidad de las reformas que se han llevado a cabo en los estados
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Después, durante su conferencia, propuso reformar el artículo cuarto de la Constitución, para que su contenido “no sea controvertible por cualquier persona razonablemente liberal, y diga: ‘Toda persona tiene derecho a la libertad sexual y reproductiva, y a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de sus hijos’”.
Tras señalar que así se podría dar marcha atrás a la criminalización del aborto, indicó que es falso que si 18 entidades lo penalizan, se pueda imponer en el país ese criterio: eso no les quita la inconstitucionalidad
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Añadió que la penalización del aborto refleja que hay una tendencia fuerte a imponer criterios de un Estado confesional.
En términos literales se puede afirmar que esas acciones son una contrarreforma en México: no sólo responden a la reforma que en 2007 se aprobó en el Distrito Federal. También van en contra del Estado secular mexicano y en contra de la democracia consensual que nuestra Constitución ha establecido.
Recordó que la democracia contemporánea mexicana se basa en el respeto por las decisiones de las mayorías, al igual que garantiza los derechos de las minorías.
Aseveró que las reformas para penalizar el aborto, compartidas e impulsadas conjuntamente por el PAN y el PRI, son “muy imprudentes y tienen dos aspectos altamente negativos: representan el desconocimiento de los derechos de la mujer y desnaturalizan la función de los órganos de representación política.
El resultado de esa reforma se puede considerar totalitarista, porque el Estado mexicano en 16 entidades del país está disponiendo del cuerpo de las mujeres. Ésa es una medida totalitaria.