Angélica Enciso L.
Periódico La Jornada
Martes 4 de septiembre de 2012, p. 44
Martes 4 de septiembre de 2012, p. 44
Al final de este sexenio habrá alrededor de 60 millones de mexicanos en pobreza de ingresos, ya que el empleo se ha precarizado, a pesar del crecimiento económico, y los salarios son insuficientes para adquirir una canasta alimentaria, sostuvo José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey campus estado de México.
Explicó en entrevista que el incremento de personas en pobreza se dio durante seis años, ya que en 2006 había alrededor de 45 millones de personas en pobreza patrimonial y al final de esta administración se espera que 15 millones más se sumen a esa condición, lo cual
nos recuerda la crisis de 1995. A diferencia de que ésta rápidamente llevó a la pobreza a las personas, ahora el aumento se da de manera gradual. Aquello era atribuible a una crisis puntual; hoy es una falla estructural del modelo.
Explicó que aunque ha habido crecimiento económico, no se ha visto reflejado en el salario de las personas, el cual se ha vuelto más precario y hay un déficit de 3.5 millones de fuentes de empleo.
México es un país de pobres, situación provocada por la precarización laboral, la inequidad en la distribución de la riqueza, la existencia de monopolios y oligopolios y la aplicación de una política económica sin objetivo social. En los siguientes años la administración pública deberá rehacer el tejido social, responsabilizarse de generar un gobierno eficaz y austero, que realmente este comprometido con la ciudadanía, ya que de otra manera no existirán condiciones para garantizar la estabilidad y viabilidad de la nación, agregó.
En un análisis, el especialista detalló que las cifras correspondientes al índice de la tendencia laboral de la pobreza (ITLP), que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicó para el segundo trimestre de 2012, indican un incremento de 1.8 por ciento respecto del mismo periodo del año pasado. Esto significa que más personas no pueden adquirir una canasta alimentaria básica con el ingreso generado por el trabajo que desempeñan.
Lo delicado de dicha situación es que se refiere a personas que tienen una ocupación, pero que a pesar de ello no tienen la capacidad económica para acceder a los alimentos más elementales, precisa.
Sumado a esto, las líneas de ingreso que establece el organismo son muy bajas: mil 120 pesos en el área urbana y 798.58 pesos para zonas rurales, en este caso bastarían 26.6 pesos al día por persona para alimentarse.
Cuando se recuerda el impresionante aumento en el precio de huevo, maíz, trigo, frijol, carne y pollo, por citar algunos ejemplos,
es complicado creer que ello es factible, comenta.
Durante el sexenio, agrega el análisis, el ITLP nacional tuvo un aumento de 21.4 por ciento.
Con ello se tiene claro que el poder adquisitivo de los trabajadores se ha deteriorado independientemente de la estabilidad macroeconómica, que oficialmente se considera uno de los mayores logros de los años recientes..
El país vive un escenario heterogéneo, ya que tiene una
estabilidad macroeconómica, la cual es subrayada por las crecientes y positivas tasas de crecimiento del PIB, un tipo de cambio que oscila alrededor de 13.25 pesos por dólar, altas reservas internacionales y un nivel de endeudamiento público que se ha mantenido sin grandes cambios en estos años