Miércoles 18 de abril de 2012, p. 47
El proyecto de nueva guía para el manejo del VIH/sida se convirtió enlineamientos económicos
para la prescripción, a fin de cumplir con la indicación de la Comisión Negociadora de Precios de la Secretaría de Salud (Ssa), de disminuir el gasto en la compra de medicinas para las personas que viven con esta enfermedad.
En reunión con organizaciones civiles, el director del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida (Censida), José Antonio Izazola, reconoció que la emisión de los ahora lineamientos fue un error, pues debió contar con el aval de los expertos encargados de la actualización de la guía, aseguraron algunos de los asistentes a dicho encuentro efectuado la semana pasada.
El funcionario informó a los activistas que el comité técnico, dependiente del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (Conasida) se reunirá este jueves para revisar la guía que desde 2010 concluyeron y a la fecha sigue sin publicarse.
Izazola indicó que propondrá a los especialistas la incorporación de los lineamientos económicos a la guía, a fin de que en el momento de la prescripción de las terapias, los médicos den prioridad a la necesidad de disminuir la inversión en la compra de medicamentos antirretrovirales, aseguraron los miembros de organizaciones civiles que asistieron a la entrevista con el titular de Censida.
A fines del pasado mes de marzo el organismo presentó a los jefes de programas de sida de los estados una nueva guía, la cual limita a tres las posibilidades de terapia para las personas que por primera vez requieran de medicinas para el control del virus causante del sida.
Juan Sierra, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, rechazó la posibilidad de establecer mecanismos de control que coarten la libertad de los médicos en el ejercicio de su profesión. Dijo que si existen problemas con la administración de antirretrovirales, Censida tendría que promover cursos de educación médica continua, a fin de asegurar que en las unidades de salud los pacientes reciban las terapias más efectivas, sin comprometer su calidad de vida en el largo plazo.
Los activistas comentaron que en la reunión Izazola mencionó el problema de que 40 por ciento de los pacientes reciben en su primera terapia medicinas del tipo inhibidores de proteasa, lo cual no corresponde a las mejores prácticas clínicas ni atiende la necesidad de asegurar la eficiencia en el uso de los recursos económicos
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