En su reporte anual señala que 43% de los menores que habitan el planeta viven en zonas urbanas, por lo que prevé que hacia el año 2050, siete de cada 10 residirán en alguna ciudad
Laura Poy Solano
Periódico La JornadaJueves 1º de marzo de 2012, p. 43
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advierte que las condiciones de pobreza, desnutrición y marginación social que enfrentan millones de niños y adolescentes que habitan zonas urbanas en el planeta generan serias desventajas educativas. Estima que al menos 200 millones de menores de cinco años no alcanzan su potencial de desarrollo cognitivo, mientras 67 millones en edad de cursar la educación primaria no acuden a las aulas. De ellos, 53 por ciento son niñas.
En su reporte anual sobre el Estado mundial de la infancia 2012: las niñas y los niños en un mundo urbano, que en esta ocasión está dedicado a la vida de los menores de 19 años en las ciudades del planeta, destaca que los niños que crecen en medio de la pobreza no acceden a la educación, sobre todo en zonas donde hay pocas escuelas públicas o no hay, por lo que “no es raro que las familias tengan que decidir entre pagar para que sus hijos asistan a escuelas privadas sobrepobladas y de mala calidad, o retirarlos definitivamente”.
En cuanto a la escolarización en zonas urbanas pobres señala que entre los principales factores que atentan contra la calidad de la educación está el “hacinamiento en las aulas y falta de instalaciones apropiadas”, incluso, el acceso a sanitarios en buen estado.
Advierte que no basta garantizar el acceso y permanencia en el sistema educativo, considerados, junto con el incremento de la matrícula, como los principales factores que definen la calidad de la educación, pues muchos de los jóvenes de escasos recursos que logran concluir su formación “no ven recompensados con trabajos satisfactorios sus esfuerzos por educarse”.
Demasiados jóvenes en el mundo entero, alerta Unicef, “se hallan ociosos, sin estudio ni trabajo”.
El organismo internacional destaca que casi la mitad (43 por ciento) de los niños que habitan el planeta –estimados en mil 200 millones menores de 19 años– viven en zonas urbanas, por lo que se prevé que para el año 2050, siete de cada 10 personas será un residente urbano.
Cada año se incrementa en 60 millones el número de habitantes urbanos en todo el mundo, aunque en su mayoría se trata de población en países de bajos y medianos ingresos, los cuales están modificando rápidamente su composición de zonas rurales a urbanas.
Por ello, alerta la Unicef, los retos que enfrentan los niños y adolescentes para acceder a una vida de calidad, que incluya su derecho a la salud y educación, es cada vez más complejo.
Agrega que pese a que los menores urbanos tienen más posibilidades de escolizarse que sus pares que habitan en zonas rurales y apartadas, las desigualdades socioeconómicas que persisten en las urbes “también socavan profundamente el derecho de los niños a la educación”.
Subraya que pese a los esfuerzos para alcanzar el acceso universal a la educación primaria, en muchas naciones, incluso donde el acceso a este nivel educativo es gratuito, los costos adicionales que deben afrontar las familias, como compra de uniformes o materiales escolares, “muchas veces impide que los niños estudien”.
Los grupos más vulnerables a estas condiciones son los menores que viven o trabajan en las calles, niños migrantes, hijos de refugiados o desplazados dentro de su propio país.
“Hay evidencia de que el desplazamiento altera gravemente la educación de los niños y, de nuevo, los más afectados son los ya marginados a causa de la pobreza, el género, el origen étnico u otros factores”, pues los niños de familias con bajos ingresos que habitan en barrios pobres de las ciudades “se encuentran entre quienes menos probabilidades tienen de asistir a la escuela
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