Viernes 17 de febrero de 2012, p. 43
El número de muertes ocasionadas en 2010 por la contaminación del aire en México fue de 14 mil 700, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cantidad comparable a los 15 mil muertes ocasionadas ese mismo año por la delincuencia organizada, señalaron diversas organizaciones ambientalistas.
Entre 2001 y 2005 murieron en México alrededor de 38 mil personas por cáncer de pulmón, enfermedades cardiopulmonares e infecciones respiratorias relacionadas con la exposición a la contaminación atmosférica, generada principalmente por automotores, agregaron.
A esto contribuye que las normas oficiales mexicanas que miden los límites permisibles de contaminantes están desactualizadas, ya que varias no se han modificado desde 1994, advirtieron en conferencia de prensa El Poder del Consumidor, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), la Red por los Derechos de la Infancia, entre otras agrupaciones.
Gerardo Moncada, de El poder del Consumidor, señaló a partir de estudios que manejan las autoridades ambientales, que la exposición crónica a la contaminación del aire se asocia con el incremento de problemas cardiovasculares y respiratorios, con diversos tipos de cáncer, problemas del sistema nervioso, nacimientos prematuros, retraso en el crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, síndrome de muerte temprana y mortalidad infantil.
Destacó que esta situación se agudiza en zonas metropolitanas de la ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Toluca, Puebla, León, Mexicali, Ciudad Juárez y Tijuana, según reportes del Instituto Nacional de Ecología (INE). Indicó que el riesgo no es exclusivo de las grandes urbes.
La dinámica citadina que adoptan espacios con más de 200 mil habitantes degrada la calidad del aire. Esto significa que 74 millones de personas, que viven en 72 desarrollos urbanos, podrían estar expuestas de manera crónica a la contaminación del aire y a los riesgos que esto implica
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Mariana Castillo del Cemda, consideró que el gobierno está obligado a distribuir combustibles limpios que contribuyan a la entrada de tecnologías vehiculares menos contaminantes y a disminuir la contaminación del aire por partículas PM10 y PM2.5, las cuales provienen fundamentalmente de vehículos de carga y pasajeros que utilizan diésel con alto contenido de azufre.
Este diésel representa un grave problema de contaminación y ocasiona daños a la salud, ya que según el INE, 2 por ciento de las muertes registradas en 2004 se relacionaron con la contaminación del aire y la exposición a ese tipo de partículas
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