La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) inició una averiguación previa para determinar la presunta negligencia médica de personal del Hospital General de Iztapalapa que la madrugada del pasado 10 de enero negó atención a una mujer con siete meses de embarazo y que presentaba dolores de parto, lo que ocasionó que diera a luz en la vía pública frente a las instalaciones del nosocomio; el bebé no pudo sobrevivir.
Pero no fue la única ocasión en ese día que a Ana María Reyes Aranda, de 25 años, le negaron atención en hospitales del Gobierno del Distrito Federal (GDF), pues según las declaraciones de su esposo, Pedro Sinué Miranda, ante el agente del Ministerio Público horas antes, no fue recibida en el Belisario Domínguez, ubicado en Tláhuac, mientras que en el de Balbuena, personal médico les dijo que las contracciones eran normales y los mandó a su casa.
Sin embargo, los dolores no cesaron y alrededor de las tres de la madrugada la pareja se dirigió al Hospital General de Iztapalapa, sobre calzada Ermita, en la colonia Reforma Política. En el área de urgencias, un elemento de vigilancia y una mujer, que no se pudo precisar si era enfermera, les dijeron que no había quién los atendiera.
En ese momento, Sinué Miranda acostó a su mujer sobre la banqueta y pidió el apoyo de una patrulla que pasaba por el lugar, cuyos tripulantes a su vez solicitaron una ambulancia, momento en el que la mujer dio a luz.
Los paramédicos no pudieron hacer nada por el bebé y al percatarse de lo que sucedía del hospital salió un médico que finalmente atendió a Ana María, mientras los elementos policiacos llevaron a Sinué Miranda ante el MP para que presentara la denuncia.
En la PGJDF se informó que personal del hospital afirmó que no se atendió a la mujer porque no cuentan con área de ginecología.
Para deslindar responsabilidades, la Secretaría de Salud del DF inició también una investigación. Cuando la señora llega a nuestras instalaciones y le dicen que no hay atención médica, cuando sí la hay, es la parte que no podemos permitir
, admitió el director general de Servicios Médicos y Urgencias, Román Rosales Avilés.
Detalló que el peso del producto que expulsó no corresponde a un embarazo de 29 semanas, como la señora manifestó. Un producto de este tiempo debe pesar alrededor de un kilo 300 gramos, el que ella expulsó pesaba 260 gramos, quiere decir que había fallecido cuatro o seis semanas antes, ya había sufrido los cambios ocasionados por la falta de irrigación sanguínea y falta de hidratación
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Aclaró que Ana María y su esposo le explicaron que cuando llegaron al Hospital Belisario Domínguez, en Tláhuac, y alguien que no identifican si fue personal administrativo o de vigilancia, les dijo que había muchas personas en el servicio y ellos decidieron ir a otro hospital
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Estamos revisando el expediente para ver cuáles fueron las indicaciones que se le dieron en ese momento. Ella dice que le dijeron que cuando empezara a tener dolores o salida de líquido acudiera al hospital. Y en el de Iztapalapa se está ubicando a la persona que le dijo que no había servicio, detalló el doctor Rosales Avilés
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