Como parte de la X Semana Cultural de la Diversidad Sexual, Luis Perelman ofreció la conferencia “Familia y homosexualidad”, en la que subrayó la importancia que juega el apoyo de padres, hermanos y seres cercanos, en el desarrollo estable y feliz del hombre o la mujer homosexual.
El educador sexual explicó que en muchas ocasiones los insultos y gritos que los padres manifiestan al enterarse de que su hijo es gay o su hija lesbiana, no son porque no sientan cariño por ellos, sino porque sus prejuicios les hace considerar a la homosexualidad como algo malo, y lo que quieren, es protegerlos de todos los horrores a los que se van a enfrentar por no ser heterosexual.
“De aquí la importancia de trabajar en terapia con los padres, para que desaprendan esa homofobia que les impide ver que no pasa nada por tener un hijo gay”. De acuerdo con Perelman, los hijos que no cuentan con el apoyo de sus padres tienen mayor probabilidad de llevar una vida infeliz.
Adicciones, prácticas de alto riesgo que pueden llevar a la adquisición de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/sida, depresión y suicidio son algunos de los efectos que puede generar, en los y las jóvenes con orientación sexual distinta a la heterosexual, el rechazo por parte de sus padres.
“Los padres necesitan hablar, llorar, enfrentarse a un proceso que puede durar incluso meses, para externar y erradicar ese terror que sienten”.
Hablar con los hijos, expresarles afecto, mostrar incondicionalidad son algunas de las cosas que recomendó a los padres para evitar que un tema como la orientación sexual rompa los lazos familiares.
“A los hijos homosexuales siempre les digo: ahora tus padres van a hacer berrinche, y puede tardar años, pero te toca a ti educarlos; te van a decir cosas horribles que seguramente te dolerán en el alma, pero debes entender que lo están diciendo es desde sus vísceras, porque así lo aprendieron”, concluyó.
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