Después de seis años de ausencia, se rencuentran madre e hijo hondureños
Olga Marina Hernández abraza a su hijo Gabriel Salmerón, ayer en una sede evangélica de MonterreyFoto Moysés Zúñiga Santiago
David Carrizales
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 20 de octubre de 2012, p. 17
Sábado 20 de octubre de 2012, p. 17
Monterrey, NL, 19 de octubre. Olga Marina Hernández, madre de familia integrante de la caravana Liberando la Esperanza, volvió a encontrarse con su hijo, Gabriel Salmerón Hernández, del que perdió contacto desde hace seis años; aunque el joven había salido de su natal Honduras para buscar el sueño americano cuando apenas tenía 16 años.
El rencuentro no fue obra de la casualidad, sino fruto de la caravana que las madres centroamericanas realizaron en 2011 por varios estados del país, en busca de sus familiares que desaparecieron en su tránsito por México para ingresar a Estados Unidos, y asimismo, por la difusión de los medios de comunicación.
Al ver en un periódico local la noticia sobre esa caravana, una regiomontana que no quiso identificarse vio la foto de su amigo, el hondureño Gabriel Salmerón Hernández, de 31 años, y le dijo:
tu madre te anda buscando.
Salmerón es integrante desde hace tres años de la iglesia evangélica Cristo Vive, que funciona también como centro de rehabilitación contra las adicciones, pues el hondureño se volvió consumidor de drogas en Monterrey, en su frustración porque fue deportado de Estados Unidos en 2006 y no pudo ingresar de nuevo en el país del norte. Al sentirse fracasado, decidió en 2007 no tener más comunicación con sus parientes. Después del paso de la caravana que efectuó un grupo de madres de familia por varios estados del país para buscar a sus parientes –en noviembre pasado–, por insistencia de una amiga y la participación del Movimiento Migrante Mesoamericano, Salmerón contactó a su madre, vía telefónica.
El encuentro entre madre e hijo, sellado por abrazos y lágrimas de alegría, fue presenciado por decenas de asistentes al culto evangélico en la iglesia Cristo Vive, en la colonia Ampliación Lázaro Cárdenas del metropolitano municipio de Escobedo.
Pese a haberse rencontrado con su hijo, Olga Marina comentó que seguirá todo el recorrido de la caravana Liberando la Esperanza, que la noche de este viernes continuó su recorrido hacia Saltillo, Coahuila, después de una visita a la Casa del Migrante San Nicolás, en el municipio conurbado de Ciudad Guadalupe.
Mientras, Salmerón decidió quedarse en el centro de rehabilitación contra adicciones para seguir predicando y ayudar a otros a dejar las drogas
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