Sábado 18 de febrero de 2012, p. 19
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) comprobó que las innovaciones introducidas por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para la compra de medicamentos le genera ahorros, aunque parte de esa ganancia
se pierde por deficiencias administrativas, que van desde falta de mecanismos efectivos de control para evitar robos, salidas de fármacos sin el sustento de la receta médica e incluso, en algunos casos, por adquisiciones de productos cuyos precios son superiores con respecto al pagado por otras instituciones del sector.
En la revisión de la cuenta pública de 2010, la ASF seleccionó un universo de 944 millones de pesos destinados a la compra de 15 claves de medicinas para siete delegaciones y Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE), que representa 40 por ciento de la inversión de ese año en una licitación pública internacional efectuada bajo la modalidad de oferta subsecuente de descuentos para el periodo 2009-2011. El IMSS ahorró 10 por ciento –534 millones de pesos– respecto de lo que hubiera pagado en una licitación normal. En nueve de las claves, el Seguro Social logró descuentos de hasta 44 por ciento.
Sin embargo, en las visitas que la ASF realizó a las unidades médicas encontró que, a causa de ausencia de mecanismos efectivos de control de sus inventarios, el IMSS tuvo pérdidas por más 164 millones de pesos.
Por ejemplo, se percató de que en el Centro Médico Nacional La Raza había tres claves de medicamentos fuera de la farmacia y sin vigilancia, lo que puede ocasionar sustracción y robo.
En el Hospital General de Zona (HGZ) 2A Troncoso no había personal de seguridad asignado a la farmacia y estaban instaladas dos cámaras de vigilancia inservibles.
En los almacenes delegacionales, el personal de la Auditoría observó que, si bien están los vigilantes que impiden el acceso a personas ajenas a la operación, no revisan las bolsas y objetos que lleva el público y el personal adscrito a las unidades médicas.
Respecto a las recetas médicas, en algunas claves analizadas se identificaron 37 documentos en la UMAE de Puebla que tenían el estatus de parcialmente atendida
o negada
y se desconoce si fueron surtidas en su totalidad.
También se revisaron 15 mil 241 recetas que fueron surtidas a derechohabientes. De ellas, 38 por ciento presentaron deficiencias, como la falta de sello de la farmacia, carecían de autorización de la dirección por ser de alto costo; en otros casos no tenían el número de clave, o les faltaba los datos del paciente. En algunas más, los médicos omitieron estampar su firma y número de cédula profesional.
La ASF encontró que por la salida de 38 mil 356 piezas de medicamentos con valor de 20 millones de pesos no estaba el respaldo en las recetas individuales y colectivas para comprobar que fueron entregadas a derechohabientes o a alguno de los servicios de los hospitales.
Del análisis de la base de datos de los medicamentos que el IMSS adjudicó en el ejercicio de 2010, la Auditoría determinó que compró 78 claves de medicamentos con las mismas características que otra institución de salud, pero con una diferencia de precio contra el instituto por casi 143 millones de pesos.
También detectó que el Seguro Social omitió aplicar sanciones por 377 mil pesos a los proveedores que incurrieron en incumplimientos del contrato y retrasos en la entrega de las medicinas. Por razones de este tipo, el Hospital General del CMN La Raza tenía que haber aplicado multas a cuatro proveedores por 463 mil pesos y no lo hizo
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