Jueves 23 de febrero de 2012, p. 14
Al comenzar la Cuaresma, el cardenal Norberto Rivera Carrera aseveró que los verdaderos cambios, tanto a nivel personal como social, se logran mediante esfuerzo y el sacrificio y no por arte de magia o sólo como resultado de procesos políticos.
Rivera Carrera encabezó ayer una ceremonia en la Catedral Metropolitana, recinto al que acudieron cientos de fieles para que se les impusiera la ceniza. Muchas veces quisiéramos que el cambio personal, que el cambio social se diera como por arte de magia, por unas elecciones, por una ley, por un decreto. No, es necesario un esfuerzo, el trabajo y la renuncia, por eso el Señor nos pide ese cambio de conversión, que lleva consigo siempre penitencia, esfuerzo y sacrificio
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El también arzobispo de México pidió a los fieles morir al pecado y comenzar un camino nuevo
, pero remarcó que evidentemente, ninguno de nosotros puede morir al pecado o puede ser un hombre nuevo por sus propias fuerzas o con sus propias capacidades. Necesitamos atender la voz del profeta
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Sostuvo que las prácticas cuaresmales, como el ayuno, la oración y la penitencia deben hacerse presentes en los fieles, así como el encuentro de los más necesitados. Aquellos que necesitan una palabra nuestra, una sonrisa, una ayuda económica, una visita porque están enfermos o están encarcelados. Ahí es donde el Señor quiere que nosotros lo descubramos, que nosotros nos encontremos con él
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Asimismo, pidió a los asistentes a la ceremonia por el Miércoles de Ceniza hacer penitencia en la vida diaria y remarcó que tenemos que cambiar nuestro corazón para llevar a cabo aquella empresa que el Señor ha depositado en nuestras manos
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