Miércoles 15 de febrero de 2012, p. 21
La Organización de Naciones Unidas y la cancillería mexicana advirtieron que el nivel del desarme nuclear en diversas regiones es todavía insuficiente para garantizar la estabilidad mundial.
Con más de 22 mil ojivas aún existentes, el surgimiento de nuevos arsenales en países que antes no habían decidido dotarse de armas nucleares y una maquinaria de desarme multilateral absolutamente paralizada desde hace más de tres lustros, aún estamos lejos de alcanzar varios objetivos
, señaló Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Lo anterior, durante el acto conmemorativo del 45 aniversario de la firma del Tratado de Tlatelolco, primer acuerdo multilateral con base en el cual América Latina y el Caribe fue reconocida como zona libre de armas nucleares.
Este tratado fue impulsado, entre otros, por el embajador mexicano Alfonso García Robles, quien hace 30 años recibió el premio Nobel de la Paz por su liderazgo en esos trabajos, que derivaron en la creación de una zona desnuclearizada.
México, anfitrión
El gobierno mexicano fue el anfitrión del acto conmemorativo del 45 aniversario de la firma del Tratado de Tlatelolco, al que están suscritas 33 naciones. Sin embargo, la canciller mexicana Patricia Espinosa no asistió, y en su representación habló el subsecretario Gómez Robledo.
En conferencia magistral, Sergio Duarte, alto representante de Naciones Unidas para Asuntos de Desarme, alertó que la mayor parte de la población vive en países que poseen armas nucleares o dependen de compromisos relacionados con ellas, como parte de alianzas militares.
El principal problema es que hasta ahora varias naciones ven en la fabricación y posesión de armas nucleares un eje de su seguridad y poder.
Lo más inquietante, dijo, es que tales naciones parecen dispuestas a usar estas armas en algún momento, incluso como medida preventiva
, al tiempo que no dan inicios de negociación de desarme, ya sea multilateral o bilateral, a pesar de los marcos internacionales en este sector.
Los diplomáticos ensalzaron el Tratado de Tlatelolco y lo calificaron de escuela
, muestra
, inspiración
, liderazgo
y espíritu
para hacer florecer el uso pacífico de la energía nuclear.
Sin embargo, dijo el canciller de Uruguay, no podemos ser complecientes, porque si bien 60 por ciento de países de la ONU son signatarios de tratados de zonas libres de armas nucleares, la mayor parte de la población mundial continúa habitando territorios nuclearmente armados
.
Con diversas expresiones, reconocieron que el desarme y la creación de zonas libres de armas nucleares sigue siendo una utopía.
Yukiya Amano, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, dijo que Latinoamérica tiene experiencias muy valiosas, al grado de que este tratado fue base para desarrollar cuatro similares que involucran a 133 países; esto es, casi dos terceras partes de todas las naciones pertenecen a zonas libres de armas nucleares.
Reconoció que lo más importante es buscar un diálogo constructivo entre regiones, particularmente con Medio Oriente. La falta de confianza entre las partes clave puede sustituirse con el tiempo a través de la cooperación.
La coanfitriona del encuentro, Gioconda Udeda, secretaria general del Organismo para la Prescripción de Armas Nucleares en América Latina, recordó que medio siglo atrás nuestra región y el planeta estuvieron a punto de vivir una guerra nuclear, por lo que en 1963 los presidentes de cinco naciones, entre ellas México, pusieron las bases para este acuerdo multilateral, que ahora cuenta con 33 países miembros.
Con esta convicción, esta utopía, difícil de alcanzar pero posible, es una convicción que corre por las venas de América Latina y el Caribe, dijo
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