Durban, 4 de diciembre. Varias especies de animales, entre ellas los gorilas de Ruanda y los tigres de Bangladesh, podrían estar en peligro de extinción si no se aborda el impacto del cambio climático y del clima extremo en sus hábitats, según un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU), difundido el domingo.
Emitido durante las conversaciones sobre el clima en Durban, el texto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) muestra cómo el aumento de las temperaturas, del nivel del mar y un uso excesivo de la tierra han dañado los hábitats de ciertas especies, especialmente en África.
Muchos ecosistemas ya se han visto contra las cuerdas por el crecimiento de la población, la deforestación histórica y, reciente, las prácticas de gestión insostenibles e incluso las especies invasoras
, dijo Eduardo Rojas-Briales, adjunto al director general del departamento de bosques de la FAO, en el lanzamiento del informe.
Entre las zonas más afectadas figuran las montañas, las islas aisladas y las zonas costeras, lo cual limita las posibilidades para que los animales migren a otros lugares y creen nuevos hábitats.
Las poblaciones restantes quedan acotadas en ecosistemas muy pequeños, tienen problemas de endogamia (...) y al final estas especies podrían desaparecer
, añadió.
La migración en la naturaleza podría llevar también a conflictos con el ser humano, como ocurrió con los tigres en Bangladesh, dijo Rojas-Briales.
El ganado o incluso los humanos fueron atacados y por supuesto hubo respuesta de la población local, y el éxito que se consiguió protegiendo a estas especies se está revirtiendo por la degradación del hábitat
, precisó.
Otros ejemplos de animales afectados son los elefantes de Mali, los leones en el Serengeti y los cocodrilos en Malaui.
El informe señaló que una cifra estimada de 20 a 30 por ciento de las especies de animales y plantas estarían en riesgo mayor de extinción debido al calentamiento global y, como consecuencia, una proporción significativa de especies endémicas podrían extinguirse hacia 2050.
Otras consecuencias podrían ser la expansión de especies invasoras y enfermedades infecciosas, dijo.
El documento insta a centrarse en la restauración de los ecosistemas dañados, especialmente aquellos claves para afrontar el cambio climático, como los manglares, las aguas interiores, los bosques, las sabanas y las zonas de pastoreo.
La FAO también aboga por la creación de corredores migratorios para los animales en zonas donde su movimiento está limitado.
La organización dijo que pese a que hay más recursos para la conservación de la biodiversidad, son necesarias más acciones a nivel gubernamental y político.
También instó a las comunidades locales a desarrollar proyectos que mitiguen el impacto del cambio climático en la naturaleza, poniendo como ejemplo las actividades de ecoturism
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