Después de más dos años de que fueron obligados a salir por la fuerza de la comunidad de San Juan Copala por grupos de paramilitares, mujeres, niños, jóvenes y ancianos comenzarán este viernes la caravana con la que pretenden regresar a sus hogares.
Los habitantes del municipio autónomo de la zona triqui de Oaxaca vinieron en caravana a la ciudad de México en la denominada Marcha del color de la sangre, para demandar a las autoridades estatales y federales su intervención en el conflicto en el que, desde 2009, han muerto al menos 22 comuneros y ha dejado decenas de huérfanos y gente mutilada por integrantes del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui y de la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui.
Este viernes, los comuneros estarán en las islas
de Ciudad Universitaria, donde convocarán a los estudiantes a solidarizarse con su movimiento; posteriormente, a las 16 horas, marcharán al Zócalo capitalino y por la noche partirán hacia la ciudad de Oaxaca, donde se reunirán con otros miembros de su comunidad para dirigirse a San Juan Copala.
En entrevista, Reyna Martínez Flores, Carmen de Jesús López y Ernestina Álvarez García, denunciaron que a pesar de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó al gobierno mexicano que aplique medidas cautelares para proteger a los integrantes de su movimiento, hasta la fecha, ni el gobierno de Gabino Cué ni la Federación han acatado esa recomendación.
Por último, las entrevistadas exhortaron a las autoridades involucradas a que garanticen la seguridad de la caravana.
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