Plantea reflexión ecológica
La tranquila estación de la primavera ha cambiado en unos cuantos días: pasó al otoño de ventarrones, luego a un verano lluvioso, el que incluyó una fuerte granizada que inundó la ciudad de México y municipios colindantes, para luego saltar al frío glacial, el que se mira sorprendentemente en el Pico de Orizaba. No estoy asombrada ante estos acontecimientos, el cambio climático no es un hecho fortuito, y sí la consecuencia grave del daño ecológico que día con día provocamos la humanidad completa. De nuevo los afectados de siempre, los ciudadanos de Chalco, sometidos otra vez al desbordamiento del canal de La Compañía.
Creo que las autoridades, y cada uno, debiéramos hacer un análisis de conciencia para determinar qué futuro queremos, sobre todo para los que tienen hijos, pero también para nosotros mismos. Es tiempo ya de someternos a los dictados de este planeta.
María Isabel Galván Rocha
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