Nueva York, 17 de abril. Migrantes detenidos en Estados Unidos que esperan proceso de deportación son víctimas de violaciones sistemáticas a sus derechos humanos y civiles cuando son homosexuales, bisexuales o transgénero, denunciaron activistas.
El Centro Nacional de Justicia para los Inmigrantes Alianza Heartland presentó durante la semana 13 casos.
El objetivo de la alianza es que se abra una investigación sobre el maltrato a éstos.
El organismo pidió a las autoridades elaborar políticas que eliminen los abusos en centros de detención e instrumentar mecanismos de supervisión.
Las quejas documentan historias de abuso, humillación y olvido, a menudo en situaciones de aislamiento
, indicó Mary Meg McCarthy, directora del centro Heartland.
Según las quejas, lesbianas, homosexuales, bisexuales y transgéneros detenidos en Estados Unidos padecen abusos, incluidos asaltos sexuales, confinamiento solitario, negación de servicio médico y, en general, discriminación.
Debido a la incapacidad del Departamento de Seguridad Interior para proteger a dichas personas, el centro Heartland también solicitó medidas para limitar la expansión de disposiciones carcelarias contra la migración.
El gobierno del presidente Barack Obama debe adoptar medidas concretas para reducir el creciente programa de detención
, expresó McCarthy.
El organismo informó que la Oficina para los Derechos y las Libertades Civiles del gobierno de Estados Unidos respondió que comenzará en breve una investigación por las quejas.
Entre los casos destaca el de un peruano identificado como Steve, quien fue mantenido en confinamiento seis meses porque era portador del VIH.
Los oficiales le prohibían dejar su celda para conseguir sus medicamentos
, señala la queja. Además, era mantenido con grilletes en los tobillos, pese a que su médico pidió que se los retiraran.
Otro caso es el de Juan, a quien se mantuvo tres meses en el centro donde fue violado por dos oficiales, pese a reiteradas peticiones para que lo trasladaran a otro lugar por razones de seguridad.
Destaca también el caso de Mónica, transexual de origen mexicano, a quien se negó en repetidas ocasiones obtener su tratamiento hormonal, pese a haberlo usado 10 años y a que dependía física y sicológicamente de éste
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