Cimacnoticias-PL/ Redacción NotieSe La Habana, Cuba, octubre 27 de 2010. Las cifras más desalentadoras de feminicidio se concentran en el denominado Triángulo Norte Centroamericano (Honduras, El Salvador y Guatemala), donde hay elevados índices de pobreza y aumenta la acción del crimen organizado, el narcotráfico y la trata de personas, de acuerdo con organizaciones humanitarias. De acuerdo con un reporte de Yeanny González Peña -de la redacción Centroamérica de Prensa Latina-, en Honduras fueron asesinadas aproximadamente 250 mujeres en lo que va de 2010, indican fuentes oficiales, mientras que el año pasado se registraron 325 crímenes. En Guatemala, se reportaron 546, en El Salvador 475, en Nicaragua 69, en Panamá 45 y en Costa Rica 34. En esos países, empobrecidos por las políticas neoliberales, las guerras y los desastres de la naturaleza, las precarias condiciones de vida aparecen como el gran detonante de la violencia. La inseguridad en el istmo va de la mano con los índices de miseria y sus consecuencias, como el analfabetismo, la carencia de servicios de educación y salud, así como la falta de empleo, entre otros males, consideran expertos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En Honduras, con una pobreza que alcanza a 73 por ciento de su población, habitan unos 36 mil pandilleros; El Salvador, que presenta una pobreza de 41.40 por ciento, le sigue con 30 mil; y Guatemala, con 47.40 por ciento de pobreza, tiene unos 14 mil mareros, según cálculos oficiales. Las mujeres no escapan a la criminalidad causada por la delincuencia, las pandillas juveniles y los escuadrones de la muerte, actúan en la región, pese a las políticas de mano dura. Esa situación es más evidente en los últimos seis años, cuando los crímenes contra ellas se duplicaron bajo el denominador común de la impunidad, denunció el Consejo de Ministras de la Mujer en Centroamérica (COMMCA). "Ante esas muertes, seguimos escuchando las mismas respuestas: que se trata de ajustes de cuentas, problemas pasionales, pandillas y narcotráfico; sin embargo, jamás se ahonda en sus verdaderas causas", explicó Carolina Sierra, coordinadora de la organización. Para la directora del Instituto Nacional de la Mujer de Panamá, Markela de Herrera, las principales causas del feminicidio también están en "el hábito, la cultura y la práctica de verlas como un objeto; de vivir en una sociedad machista donde el hombre cree que es dueño de las decisiones y la vida de ellas". Esa institución considera urgente reaccionar ante el hecho de que los asesinatos de mujeres crecen más rápidamente que los de los hombres en la región. La directora ejecutiva del Centro Feminista de Información y Acción de Costa Rica, Ana Carcedo, citó que en El Salvador, entre 2000 y 2006 los homicidios aumentaron en un 40 por ciento, frente a un 111 por ciento en el género femenino, tendencia similar en Guatemala y Honduras. La violencia hacia las mujeres es reconocida como un problema mundial de grandes dimensiones, que causa más muertes y daños a quienes tienen entre 15 y 44 años de edad, que la malaria, el sida y la guerra. Ese fenómeno impacta de forma significativa los hogares más humildes, en muchos de los cuales el panorama económico es particularmente sombrío pues el trabajo femenino es la única barrera que los separa de la indigencia. Se necesita con urgencia de la acción del Estado, tanto en la provisión de seguridad como en la elaboración de políticas que se protejan de los vaivenes de la economía. Las insuficientes políticas públicas encaminadas a reducir la desigualdad y la violencia de género conducen a la necesidad de visibilizar y lograr el reconocimiento público de estos problemas. |
jueves, 28 de octubre de 2010
Impacta feminicidio en especial a los hogares más humildes
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