Urge atender a alrededor de 10 mil niños que han quedado huérfanos por la violencia
Casi 7 mil usan heroína, mientras baja la demanda de ayuda para rehabilitación, señala Tavera Romero
Miércoles 27 de octubre de 2010, p. 18
Guadalajara, Jal., 26 de octubre. La violencia creciente que se vive en Ciudad Juárez es apenas reflejo del daño que ha sufrido el tejido social, el cual se expresa en un consumo de drogas tres veces mayor que el promedio nacional y en la necesidad de atención médica, social y económica para alrededor de 10 mil niños que han quedado huérfanos, advirtió Simón Tavera Romero, representante del Consejo Nacional contra las Adicciones (Conadic) en la estrategia Todos Somos Juárez.
La Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2008 reveló que 5.2 por ciento del total de la población de entre 12 y 65 años ha consumido drogas alguna vez en su vida, mientras en Ciudad Juárez el porcentaje es de 18. De estos individuos, alrededor de 45 mil son adictos, indicó el funcionario, quien desde la puesta en marcha del programa federal en la ciudad fronteriza pasa la mitad de su tiempo en Chihuahua.
Entrevistado en el contexto de la 12 Reunión del grupo de expertos en reducción de la demanda de enervantes, de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), Tavera Romero advirtió que una problemática grave en Juárez –tercera ciudad de paso hacia Estados Unidos– es el uso de heroína, a la que recurren alrededor de 7 mil de los adictos crónicos.
Indicó que esta es una situación que no se ve a escala nacional, lo que representa un reto complejo
para el sistema de salud, en particular porque se concentra entre sexoservidores y población indígena migrante.
Llamó la atención sobre el hecho de que del total de adictos crónicos, los servicios de atención proporcionan tratamiento a alrededor de 4 mil que cada año lo solicitan.
Respecto a los niños huérfanos, Tavera mencionó que es un dato proporcionado por el Observatorio de Ciudad Juárez –organización civil–, que tiene un trabajo serio de apoyo y seguimiento a las víctimas de violencia.
Ante esta situación –dijo el funcionario–, el área de salud mental de la Secretaría de Salud (Ssa) está diseñando un programa de atención para esos menores. Señaló que los niños que se han quedado sin padres están en una situación de alta vulnerabilidad para desarrollar enfermedades mentales por duelos no superados, como depresión, ansiedad y conductas antisociales, entre otros, los cuales los colocan en alto riesgo de caer en problemas de drogas.
Un factor adicional que se ha tenido que enfrentar en los pasados meses es la reducción en la demanda de servicios para tratamiento de adicciones. Si bien unas 12 unidades han cerrado por la violencia, lo que afectó la capacidad de atención, las personas también han dejado de asistir. De alrededor de 4 mil usuarios que hubo en 2009, en este año la cifra oscila entre 3 mil y 3 mil 500, apuntó Tavera.
Como parte de la estrategia Todos Somos Juárez, el gobierno federal ha buscado a 30 organizaciones civiles para fortalecer la capacidad de atención y asegurar la existencia de mil camas para internamiento
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