Reconoce estudio que inversión en el sector se estancó la década pasada
déficit político y financieroen educación para jóvenes y adultos en AL
Domingo 3 de enero de 2010, p. 27
En América Latina y el Caribe prevalece un déficit político y financiero
en el fortalecimiento de la educación para jóvenes y adultos (EPJA), pese a que en la región 35 millones de personas mayores de 15 años son analfabetas y 88 millones más no han completado su educación básica, de los cuales 4.5 millones tienen entre 15 y 19 años.
El reporte regional sobre los retos y perspectivas de la EPJA, presentado en la sexta Conferencia Internacional de Educación de Adultos (Confintea), convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, revela que en la década pasada se estancó la inversión destinada al sector.
A ello se suma la baja calidad de los programas educativos, así como la falta de coordinación y consolidación de acciones de gobierno para atender el rezago educativo en la población más pobre del subcontinente.
El documento, elaborado por Rosa María Torres, especialista en temas educativos e investigadora del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal), afirma que la educación de adultos no sólo enfrenta una escasa inversión, que se agudizó con el contexto de crisis económica mundial, sino que también prevalece una falta de voluntad política para hacer de la educación y el aprendizaje una prioridad nacional
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Agrega que en la región más inequitativa del mundo, donde habitan 577 millones de personas y en la que prevalece la brecha más grande entre ricos y pobres, con 34.1 por ciento de su población en la pobreza y 12.6 por ciento en situación de miseria extrema, los jóvenes y adultos que no accedieron a la llamada escolarización formal pertenecen a los niveles socioeconómicos más empobrecidos y con menos oportunidades educativas.
Tras un análisis de 25 reportes nacionales enviados por gobiernos de la región, en el contexto de la sexta reunión de Confintea, realizada en diciembre pasado en Belém-Pará, Brasil, el informe destaca que las metas marcadas para avanzar en la EPJA en América Latina revelan una reducida evolución
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Los compromisos establecidos en el contexto de acción regional, suscrito al inicio de la década pasada, donde se demandaban cambios sociales de fondo, medidas para corregir la disparidad social, reducción de la extrema pobreza, mayor presupuesto y fortalecimiento de la EPJA como acción para frenar la exclusión educativa y social, presentan avances y retrocesos, afirma el documento.
En América Latina la formación de jóvenes y adultos enfrenta retos mayores a escala económica, social y política que incluye: pobreza, falta de empleo, exclusión social, creciente segregación urbana, migración, violencia, racismo y sexismo.
En muchos países de la región, advierte el informe, hay preocupación por el incremento de jóvenes que no estudian ni trabajan, pues reconoce que pese a los avances en la cobertura en educación secundaria y superior, beneficiaron sobre todo a sectores medios y altos, mientras que en los estratos más pobres la culminación de los estudios aún es baja
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situaciones más críticasse concentran en Brasil y Haití
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