A finales de año se habrán sumado 20 mil personas al número de infectados con el VIH, lo cual significa un incremento de 10 por ciento respecto de 2007, y en total serán 220 mil, sostuvo José Antonio Izazola, director del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/sida (Censida).
En cuanto a las personas diagnosticadas con el mal, dijo que hasta 2008 había 128 mil, pero en el primer semestre de este año se reportaron 4 mil casos más, de los cuales 80 por ciento son hombres y 20 por ciento mujeres.
Manifestó que este año se ha impulsado una campaña de prevención. La segunda, que estaba proyectada para mayo, se canceló debido a la emergencia sanitaria por la influenza humana, y en agosto está programada una más sobre juventud y VIH, no discriminación y homofobia.
En conferencia de prensa, en el contexto de la Consulta y Representación Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil con Trabajo en VIH en la estrategia nacional de prevención, informó que se seleccionaron ocho vocales provenientes de la sociedad civil para integrar el Consejo Nacional para la Prevención y el Control del Sida (Conasida) –organismo rector en la materia–; seis representantes ante el Mecanismo Coordinador de País, que sería el encargado de “dar rectoría” a un donativo por 55 millones de dólares que México podría obtener del Fondo Mundial del VIH, la Tuberculosis y la Malaria, y cuatro representantes para el grupo temático de Naciones Unidas sobre sida.
En este encuentro participaron 99 representantes de organizaciones de la sociedad civil con trabajo en VIH y hubo deliberaciones para definir esquemas de participación, explicó.
Carlos García de León, director de Prevención y Participación Social, aseveró que durante mucho tiempo hubo reclamos de la sociedad civil para abrir espacios en los órganos colegiados de toma de decisiones, pero ello no había ocurrido de manera democrática. El Censida, apuntó, facilitó el proceso y mediante el voto se eligió a los representantes.
Antes había concentración de representantes de organizaciones de la ciudad de México, abundó, pero ahora se amplió la participación. Izazola refirió que se ha comprobado que la pobreza no propicia la infección, pero hace difícil que las acciones de prevención sean más eficaces. Lo que puede ocurrir, agregó, es que cuando la gente adquiere la enfermedad puede caer en pobreza por lo costoso del tratamiento.
Consideró que con el desempleo y la consecuente pérdida de seguridad social se puede incrementar el número de gente que acude a la Secretaría de Salud por medicamentos.
En cuanto a las personas diagnosticadas con el mal, dijo que hasta 2008 había 128 mil, pero en el primer semestre de este año se reportaron 4 mil casos más, de los cuales 80 por ciento son hombres y 20 por ciento mujeres.
Manifestó que este año se ha impulsado una campaña de prevención. La segunda, que estaba proyectada para mayo, se canceló debido a la emergencia sanitaria por la influenza humana, y en agosto está programada una más sobre juventud y VIH, no discriminación y homofobia.
En conferencia de prensa, en el contexto de la Consulta y Representación Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil con Trabajo en VIH en la estrategia nacional de prevención, informó que se seleccionaron ocho vocales provenientes de la sociedad civil para integrar el Consejo Nacional para la Prevención y el Control del Sida (Conasida) –organismo rector en la materia–; seis representantes ante el Mecanismo Coordinador de País, que sería el encargado de “dar rectoría” a un donativo por 55 millones de dólares que México podría obtener del Fondo Mundial del VIH, la Tuberculosis y la Malaria, y cuatro representantes para el grupo temático de Naciones Unidas sobre sida.
En este encuentro participaron 99 representantes de organizaciones de la sociedad civil con trabajo en VIH y hubo deliberaciones para definir esquemas de participación, explicó.
Carlos García de León, director de Prevención y Participación Social, aseveró que durante mucho tiempo hubo reclamos de la sociedad civil para abrir espacios en los órganos colegiados de toma de decisiones, pero ello no había ocurrido de manera democrática. El Censida, apuntó, facilitó el proceso y mediante el voto se eligió a los representantes.
Antes había concentración de representantes de organizaciones de la ciudad de México, abundó, pero ahora se amplió la participación. Izazola refirió que se ha comprobado que la pobreza no propicia la infección, pero hace difícil que las acciones de prevención sean más eficaces. Lo que puede ocurrir, agregó, es que cuando la gente adquiere la enfermedad puede caer en pobreza por lo costoso del tratamiento.
Consideró que con el desempleo y la consecuente pérdida de seguridad social se puede incrementar el número de gente que acude a la Secretaría de Salud por medicamentos.
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