La oferta de pruebas rápidas de detección de VIH en los servicios médicos generales a personas de reciente ingreso al sistema de salud o usuarios frecuentes, permitió una detección temprana de casos del virus en grupos considerados tradicionalmente de bajo riesgo, aseguró Werner Leber, del Centro de Cuidados Primarios y Salud Pública del Instituto Blizard de la Universidad de Londres.
En su participación en la sesión de pósters de la conferencia “¿Qué necesitamos hacer para lograr un mundo libre de sida?”, organizada por las revistas The Lancet y Cell, el investigador británico explicó que entre abril de 2010 y agosto de 2012 se implementó un programa de promoción de pruebas rápidas de detección de VIH en el hospital Homerton, ubicado en la zona de Hackney, en el centro-norte de Londres, un área de ingresos medios y bajos de la capital inglesa.
Tras realizar una capacitación al personal de primer contacto se determinó ofrecer la prueba a aquellos pacientes mayores de 16 años y que comprendieran inglés, que acudieran a la zona de consulta general por primera vez o de manera frecuente para prácticas médicas de control.
Así, se ofreció la prueba de manera aleatoria a 44 mil 971 pacientes que acudían al nosocomio para alguna intervención médica inmediata y a 38 mil 464 que asistían a consulta de control. El promedio de edad en el primer grupo era de 35.9 años mientras que la del segundo era de 35.1 años. Ambos grupos estaban en su mayoría compuestos por personas de raza blanca. El 45 por ciento de los integrantes de ambos grupos eran hombres.
En el caso del grupo de intervención, los médicos ofrecieron 11 mil 180 pruebas rápidas, de las cuales 4 mil 978 fueron aceptadas, 14 fueron reactivas y 11 fueron confirmadas positivas posteriormente. En este grupo, se detectaron otros 21 casos de manera oportuna mediante la realización de exámenes serológicos. En el grupo de pacientes de control se encontraron tan sólo 14 casos.
En tanto, en el grupo de intervención, casi 60 por ciento de los casos positivos fueron detectados en hombres, todos de raza negra, de los cuales, sólo cinco reconocieron tener prácticas sexuales con otros hombres. Todos fueron canalizados a servicios médicos especializados.
Para el equipo de investigación, estos resultados permiten ver que la promoción de las pruebas rápidas de detección en los servicios generales de salud ayuda a encontrar, en el caso de la población masculina, nuevos casos de VIH en hombres que no necesariamente tienen prácticas sexuales con personas de su mismo sexo, y por tanto, no se asumen como una población en riesgo.
Por esta razón, recomendaron al ministerio de salud británico ampliar la posibilidad de acceso a pruebas rápidas en los servicios sanitarios, sobre todo en aquellos lugares que por su entorno hostil se pueden presentar nuevas infecciones de manera constante.
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