Contaminación con maíz transgénico puede ser una
catástrofe mundial, advierten
Sería el exterminio de pueblos y sus culturas, asegura la maestra en letras Cristina Barros
Pablo González Casanova, Catherine Marielle y Cristina Barros, durante el curso de investigación y docencia sobre desarrollo sustentable que se llevó a cabo ayer en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAMFoto Marco Peláez
Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Viernes 29 de noviembre de 2013, p. 21
Viernes 29 de noviembre de 2013, p. 21
La contaminación con maíz transgénico puede ser una
catástrofe mundial, y pone en riesgo a pueblos y culturas, se advirtió durante el curso de investigación y docencia sobre desarrollo sustentable, coordinado por el ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova.
Cristina Barros Valero, maestra en letras por la máxima casa de estudios, resaltó la importancia de impulsar proyectos sustentables de cultivo para evitar el deterioro que eso está provocando.
En tanto, Ana Esther Ceceña, del Instituto de Investigaciones Económicas, advirtió que el capitalismo carcome a las culturas y hoy ya es insostenible.
Él mismo no puede resolver los problemas que ha proocado, sostuvo en la cátedra y denunció que ese sistema generó
una catástrofe ecológica de dimensiones muy incivilizadas.
Barros Valero destacó, al analizar la producción de milpas, que en unidades agrícolas pequeñas del país se produce 70 por ciento del maíz blanco para tortillas y 60 por ciento del frijol, y generan
la mayor parte del empleo en el campo del país.
Subrayó que el maíz es identidad y se pronunció en contra del deterioro y la pérdida de los componentes culturales de las familias campesinas, porque si se acaba la biodiversidad en el campo, se acaba la biodiversidad en la naturaleza y
se va acabando nuestra cultura.
La especialista subrayó que la agricultura orgánica ha tenido un crecimiento inusitado en el país. Con base en datos de Víctor Toledo, dijo que el número de productores orgánicos pasó de 13 mil en 1996 a más de 33 mil en 2000, y la superficie creció de 23 mil hectáreas a más de 100 mil en ese mismo periodo. De esta cifra, más de 80 por ciento corresponde a pequeños productores de café.
Advirtió que la cultura orgánica está amenazada por el abandono del campo, que obliga a la migración y que impide la transmisión de conocimientos de generación en generación; el crecimiento de las ciudades, que hace que se pierdan terrenos para el cultivo; la ganadería que arrasa con bosques y selvas, dejando suelos pobres y para alimentar a muy pocos.
También por la agricultura industrial,
porque se está llevando los subsidios del campo a grandes productores agrícolas y no a los pequeños, además de que contaminan la tierra con agrotóxicos y, desde luego, la contaminación de nuestros maíces con los transgénicos, que ya está ocurriendo de manera ilegal y que podría ser una catástrofe no sólo nacional, sino mundial.
Esta contaminación, sostuvo,
podría significar la destrucción, el exterminio de un pueblo y su cultura... Nos llevaría a la pérdida de nuestra biodiversidad de maíces (60 razas, de más de 23 mil variedades), que son un elemento posible para hacer frente al calentamiento global, porque el maíz se puede adaptar a los cambios de climas.
En el curso participó también Salvador Campanur, del Concejo Mayor de Cherán, quien advirtió que los derechos y cultura indígenas no se han cumplido a cabalidad.
Todavía hace falta muchoy lo que se ha propuesto para cambiar los artículos 27, 115 y 3° constitucionales, que tienen que ver con la vida de las comunidades es para
someter o desaparecer a nuestros pueblos, subrayó
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