A pesar de que hay avances científicos para encontrar una posible vacuna contra el VIH o mejorar los medicamentos actuales, la realidad es que la única manera con la cual se han podido detener nuevas infecciones de VIH es la terapia antirretroviral suministrada a personas VIH positivas, afirmó Myron Cohen durante su participación en la conferencia “¿Qué necesitamos hacer para lograr un mundo libre de sida?”.
El investigador principal de la Red de Prevención de VIH de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos expuso que hasta el momento se han registrado cuatro oportunidades para detener la pandemia.
La primera, el intento de cambio de patrones de conducta sexual en las personas, que no ha traído los resultados esperados; la segunda, el desarrollo de una vacuna que neutralice al virus desde antes de tener contacto con él, que no ha sido posible; la tercera, la elaboración de una vacuna post coital, es decir, que funcione después de tener contacto con el virus, la cual tampoco se ha logrado, y la cuarta, la reducción de la capacidad de infección en las personas con VIH.
En el evento organizado por las revistas The Lancet y Cell, el profesor emérito de microbiología de la Universidad de Carolina del Norte, explicó que los medicamentos antirretrovirales actuales han reducido la transmisión del virus por medio de las secreciones genitales como lo mostró el estudio HPTN 052, en el cual se observó que de 800 parejas serodiscordantes, en las que la persona seropositiva tomaba su medicamento y tenía una carga viral indetectable, sólo 39 registraron una nueva infección.
Así, el autor del citado estudio reconoció que si bien no es fácil brindar medicamentos a todas las personas porque tienen un costo, y en algunos casos, no son del todo accesibles, la realidad es que son la herramienta más efectiva contra el virus debido a que prolongan la supervivencia de la persona y bloquean la transmisión.
Por esta razón, indicó, lo mejor es darlos en etapas tempranas de la infección pues brindan resultados en los primeros seis meses de uso. Aun así, consideró que hace falta hacer estudios en poblaciones de alto riesgo como los usuarios de drogas inyectables y los hombres que tienen sexo con hombres.
“Mientras los antirretrovirales sean efectivos en la reducción de la transmisión o adquisición del virus, su beneficio social a largo plazo como estrategia para controlar la pandemia se verá disminuido cuando se desarrolle la vacuna contra el VIH”.
Por su parte, Kenneth Mayer, del Instituto Fenway, comentó que por primera vez se está ante la oportunidad de frenar la epidemia en un corto plazo gracias a los medicamentos, aunque aún resten pendientes como la detección, pues tan sólo en Estados Unidos, una persona se infecta de VIH cada 10 segundos.
“Hay que replantear las estrategias de manera urgente, establecer mecanismos para acercarse a las comunidades y desarrollar métodos que logren acercar a los pacientes a las terapias”.
La infraestructura
La falta de acceso a los medicamentos antirretrovirales y a pruebas de detección provoca que haya un gran número de personas que no se saben VIH positivas y por tanto sean posibles focos de nuevas infecciones, explicó Wafaa El Sadr, investigadora de la Universidad de Columbia, quien reconoció que si bien los medicamentos actuales pueden detener la epidemia, el reto es que la gente que los necesita los tome.
Para la directora del Centro Internacional de Cuidados del Sida de la universidad neoyorquina, los obstáculos a vencer para detener la pandemia son mejorar la vinculación de las personas con los servicios de salud, el diagnóstico tardío, la elegibilidad para poder tomar antirretrovirales, la retención en los centros de salud, el inicio tardío de la toma de fármacos, el monitoreo constante del estado de salud y el fomento a la adherencia.
La especialista en Medio Oriente agregó que por dichas razones la labor médica actual no se debe circunscribir a la toma del medicamento. Por el contrario, añadió, la respuesta se debe abordar desde una perspectiva multidimensional que incluya pruebas de detección en múltiples sectores de la sociedad, retenimiento de los pacientes en los centros de salud, unión de los diferentes actores y programas de adherencia.
El Sadr agregó que algunas medidas que pueden favorecer el aumento de detección de nuevos casos son la masificación de las pruebas caseras y el establecimiento de centros de detección en lugares comunitarios.
Una vez detectados los casos, consideró necesario recurrir a herramientas como el envío de mensajes por teléfono celular para recordar citas y horas de toma de medicamentos para lograr la retención de la persona una vez detectada seropositiva, y no dejar atrás el fomento del uso del condón en futuros encuentros sexuales.
Para la ex directora de la División de Enfermedades Infecciosas del Hospital Harlem de Nueva York, la respuesta a la pandemia se debe dar desde una perspectiva multidimensional, la cual no debe dejar de tomar en cuenta aspectos como el involucramiento de las personas VIH negativas, quienes deben continuar monitoreadas, invitar a realizarse pruebas de manera constante por lo menos una vez al año, y en lugares donde se ha implementado, convencer a los hombres de realizarse la circuncisión.
Otro aspecto a tomar en cuenta, incluso al interior de la comunidad científica, aseveró, es tomar en serio la implementación de estrategias, no desde la perspectiva de la mera logística, sino como una actividad científica que debe ayudar a mejorar los resultados actuales y aumentarlos de manera proporcional.
Asimismo, consideró necesario tomar en cuenta las situaciones propias de cada país para buscar una respuesta adecuada a sus necesidades, ya que el objetivo último de la intervención es lograr la supresión viral para lo cual se requiere garantizar una atención adecuada desde que la persona se acerca a los servicios de salud.
Al respecto, David Serwadda, investigador del Programa Rakai en Uganda, señaló que en la nación africana uno de los grandes obstáculos es la larga distancia que debe recorrer la gente para llegar a un centro de salud, acompañado de las tradiciones locales que niegan la existencia de la epidemia y la dificultad que implica retener a los pacientes de las poblaciones más vulnerables, quienes por cuestiones económicas y geográficas no regresan por sus medicamentos.
Por esta razón, el investigador, quien reportó los primeros casos de la pandemia en Uganda, consideró que tener los medicamentos no es suficiente debido a que se necesitan recursos humanos e incrementar la infraestructura de los servicios médicos que permitan hacerlos llegar a quienes los necesitan así como los servicios adicionales que acompañan el tratamiento del VIH.
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