La memoria sobre violencia debe seguir viva para que crezca la semilla de la paz
Esos recorridos permitieron visualizar los efectos de la lucha anticrimen y el dolor de las víctimas
Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
Sábado 21 de septiembre de 2013, p. 19
Sábado 21 de septiembre de 2013, p. 19
La serie de problemas causados por la violencia se visibilizaron con las caravanas del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, pero es necesario que exista memoria para que la semilla de la paz siga creciendo, señalaron integrantes de esa organización civil y del Centro de Estudios Ecuménicos, durante la presentación del libro Las caravanas del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Durante el acto, el representante del Centro de Estudios Ecuménicos, Ricardo Gallego, señaló que si bien el movimiento inició tras la muerte del hijo del poeta Javier Sicilia –quien no asistió a este acto–, subrayó que las expediciones realizadas a Ciudad Juárez, al sur del país y a Estados Unidos permitieron visualizar los problemas que generaron la guerra contra el crimen organizado y difundir el dolor de las víctimas y sus familiares.
En esta obra, dijo,
se recuperan las vivencias, las tristezas y esperanzas tanto de los que fuimos como quienes estuvimos acompañando las caravanas, y aseguró que durante los recorridos se recogió
la fuerza para seguir buscando a los desaparecidos o demandando justicia para los familiares que fueron asesinados.
En tanto, Araceli Rodríguez Nava, defensora de derechos humanos y
madre de Luis Ángel León Rodríguez, desaparecido desde el 16 de noviembre de 2009, un policía federal honesto, narró su experiencia para el libro y dijo que en éste se da cuenta del dolor que viven las víctimas y sus familiares.
Aseguró haber enfrentado a
un monstruo, como es el gobierno, y haber recibido amenazas de muerte por pedir justicia y que su hijo fuera localizado.
Puntualizó que se unió al movimiento que encabeza el poeta porque en él encontró la manera de dar voz a otros familiares que viven en la angustia y el dolor;
porque vi que allí mi voz podía sonar más fuerte, y para que lo que yo vivía no lo viviera nadie más.
Roberto Villanueva, integrante del Movimiento por la Paz, expresó que una de las grandes virtudes de éste fue haber logrado que coincidieran miembros de diversas religiones, defensores de derechos humanos, estudiantes y víctimas.
Indicó que las caravanas permitieron encontrar consuelo y entendimiento, no para terminar con su dolor, sino para apoyar a otros, y paz para perdonar.
Señaló que el libro contiene 19 textos con crónicas, reportajes y experiencias de actos realizados en las caravanas, pues –señaló– la memoria de lo que ha dejado la violencia debe seguir viva
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