El tema ha quedado en un relativo olvido, cuando menos en la mayoría de los medios de comunicación, pero en su momento fue explosivo. El pasado 8 de marzo, dos mujeres acudieron a las oficinas del Registro Civil número 1, de Guadalajara, ysolicitaron que se procediera a casarlas legalmente y les entregaran el acta correspondiente.
Martha Sandoval Blanco y Zaira Viridiana de la O Gómez eran las contrayentes.
El responsable del Registro Civil tapatío, Jesús Lomelí Rosas(hoy nuevo secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara) rechazó el trámite y argumentó que no era posible consumar el matrimonio porque el Código Civil del Estado de Jalisco estipula que sólo pueden casarse un hombre y una mujer.
La pareja advirtió públicamente que insistirían en su derecho a pesar de que la tradición indique que Jalisco es una entidad conservadora en la que no será posible modificar las leyes para reconocer a parejas del mismo sexo.
Transcurrió más de medio año desde entonces, y el 9 de septiembre, el Registro Civil de Guadalajara fue notificado de que Martha Sandoval y Zaira de la O recibieron una respuesta favorable en la interposición de un amparo contra la negativa del Registro Civil a casarlas.
Fue desde el pasado 7 de junio que la autoridad judicial federal resolvió a su favor y expuso que deja insubsistente “el acto reclamado, consistente en el oficio mediante el cual les niegan contraer matrimonio, y que en su lugar (el Registro Civil) emitan otro en el que consideren que la lectura que debe darse al artículo 258 (del Código Civil del Estado de Jalisco) es en el sentido de que el matrimonio es una institución de carácter público e interés social, por medio del cual dos personas deciden compartir un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia”.
Con esta resolución del juzgado cuarto de distrito en materia civil del Estado de Jalisco (el documento fue firmado por la secretaria del juzgado, Denisse Adriana Sánchez Pozos), no se determina una orden para que el Registro Civil tapatío realice y reconozca el matrimonio entre las dos pretendientes, sino que instruye a que se dé una lectura diferente al artículo 258, que especifica: “El matrimonio es una institución de carácter público e interés social, por medio de la cual un hombre y una mujer deciden compartir un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia”.
Una vez notificados del amparo, el director jurídico del Registro Civil procederá a contestar y subrayará que no es posible dar una lectura al Código, tal y como lo pide el juzgado.
Lo más probable es que el asunto pase después de esta etapa y una nueva negativa del Registro Civil, a un juzgado de distrito. En ese caso, un referente obligatorio para los juzgadores serán los tres casos ya registrados en Oaxaca, donde igual número de parejas del mismo sexo contrajeron matrimonio gracias a la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que falló contra el Código Civil oaxaqueño que, como el jalisciense, estipula que sólo pueden casarse un hombre con una mujer.
Aparentemente, lo que se han tardado en resolver los diputados locales (discuten desde hace varios meses una iniciativa de reforma del diputado perredista Enrique Velázquez para legalizar a las parejas del mismo sexo) terminará resolviéndolo la autoridad judicial.
En sus alegatos, las mujeres que podrían obtener la calidad de primer matrimonio jalisciense entre dos personas de igual sexo, contraponen al artículo 258 del Código Civil, un párrafo del artículo 1 de la Constitución, que textualmente dice: “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.
Así las cosas... son muchas las controversias que se desatarán en torno a este hecho, pero queda muy claro que la lucha de dos mujeres, Martha Sandoval y Zaira de la O, está a punto de doblegar al sistema. Entonces –como dice el eslogan de gobierno– “sí se puede
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