Al menos 500 niños laboran en campos agrícolas de Nayarit
En 4 meses se han invertido $3 millones para apoyarlos, dice la Sedeso
Al menos 50 estudiantes de la primaria Abraham Castellanos, ubicada en el municipio de El Nayar, Nayarit, desertaron en el pasado ciclo escolar para ayudar a sus padres en labores del campo. En la imagen, alumnos del plantel a la hora del desayunoFoto Myriam Navarro
Myriam Navarro
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 28 de abril de 2013, p. 26
Domingo 28 de abril de 2013, p. 26
Ruiz, Nay., 27 de abril.
A las seis de la mañana, empleados del gobierno federal llegan en camiones a los campos agrícolas de la costa nayarita en busca de unos 500 hijos de jornaleros que trabajan en la cosecha de tabaco, frijol u hortalizas. La finalidad es darles desayuno, educación y atención médica.
Muchos jornaleros, con el afán de que sus hijos ganen dinero, se los llevan a trabajar en las parcelas, descuidando su alimentación, educación y salud.
A diario nos llevamos cerca de 500 niños, si no es que un poquito más. Ellos son trasladados al albergue infantil que se ubica en Ruiz. Reciben desayuno caliente y a media mañana una fruta mientras están estudiando, al mediodía les damos de comer y cuando se los entregamos a sus papás les damos otra fruta, dijo Noemí Galindo Ponce, delegada de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso).
Galindo asentó que estos apoyos deben continuar para dar a los niños un mejor futuro.
Que aprendan a leer y a escribir, que vivan la etapa de su vida como lo que son, niños que quieren jugar y reír, por ello es este apoyo.
De enero a la fecha, Sedeso ha invertido tres millones de pesos en apoyar a los menores provenientes de las zonas serranas de Durango, Jalisco y Zacatecas, en su mayoría.
Algunos padres a veces se resisten a que sus hijos vayan a albergues; sin embargo, tras las pláticas de concientización que se les dan y de los riesgos que enfrentan los menores al permanecer todos los días en los campos agrícolas, la mayoría termina accediendo a que vayan a estudiar, dijo.
En el vecino municipio de El Nayar, el año pasado, al menos 50 menores fueron sacados por sus padres de la escuela primaria Abraham Castellanos, la única que hay en el poblado indígena de Santa Teresa, para ser llevados a la zona costera de la entidad y ayudar en el levantamiento de cosechas.
Ahorita estamos contentos; han sido sólo cinco o seis niños (los que se llevaron), estamos mejor que antes, pues los maestros intentan convencer a los papás que dejen estudiar a los menores, dijo Roberto Ramírez López, director del plantel.
Fomentamos el deporte, actividades distintas para que los menores también puedan quedarse en la escuela. Desafortunadamente aquí el nivel de estudio es bajo, muchos padres piensan que la primaria lo es todo, muy pocos van a secundaria y a la preparatoria muchos menos.
Tenemos 328 alumnos e intentamos que los desayunos escolares que nos envían alcancen para todos. Dijo que a veces se les pide a los papás una cooperación de 5 o 10 pesos por mes para comprar más productos y alimentar a los alumnos.
El desayuno lo preparan las propias madres de los niños. Les damos frijoles, huevo, comida nutritiva, aunque enfrentamos dificultades.
Menores desnutridos
Admitió que hay algunos menores con desnutrición y ellos tratan de apoyar más allá de sus posibilidades.
Los canalizamos al centro de salud para que les ayuden a estar más sanos y siempre estamos pendientes.
Expresó que un menor en extrema carencia económica es fácilmente detectable porque
nos lo mandan sucio, sin haber comido nada. Vamos entonces con su familia y notamos que en realidad no hay condiciones económicas y ahí tratamos de apoyar un poquito más al niño.
El resto de los docentes asienten con la cabeza lo declarado por el profesor, todos son de localidades cercanas a Santa Teresa, localidad situada a 220 kilómetros de Tepic, la capital del estado. A unos pasos de ellos los niños juegan vestidos con el uniforme que les envía el gobierno del estado
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