Lo vi animado y alegre: Otto Pérez
CIUDAD DEL VATICANO, 16 de febrero (AP).- El Presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se declaró muy contento de haber encontrado muy bien al papa Benedicto XVI, quien lo recibió hoy en audiencia, a doce días que haga efectiva su renuncia al Pontificado.
"Lo vi en muy buenas condiciones, no parecía cansado, sino muy sonriente, animado, alegre, y muy claro en su decisión de haber renunciado", expresó el mandatario a los periodistas.
"El creía que era lo mejor para la Iglesia, que fue una decisión muy difícil, pero como la responsabilidad de guiar a la Iglesia era muy grande, sentía que por su salud y su edad, había hecho lo correcto", agregó.
"Para mí fue un privilegio el haber sido el último Jefe de Estado en ser recibido por él y le dije que lamentaba que no hubiera podido visitar nuestro país y que esperaba que el próximo Papa lo pudiera realizar", afirmó.
Señaló que los temas que habían tratado los había tocado con mucho conocimiento, como la droga. "Me dijo que era importante la comunicación, que habláramos con todos los países, especialmente con los desarrollados, que son los que más consumen", manifestó
También hablaron sobre la emigración, de la lucha contra el hambre y del programa Hambre Cero que lleva a cabo su Gobierno, y sobre el papel de la Iglesia, expresó.
El Pontífice recibió en el Vaticano durante 25 minutos al Presidente de Guatemala, último Mandatario latinoamericano en encontrarse con el pontífice antes de hacer efectiva su renuncia el 28 de febrero.
Un Papa sonriente, que se veía muy tranquilo, recibió al Mandatario guatemalteco en la Sala del Tronetto, en los palacios pontificios, a quien se dirigió en italiano, con un traductor en español.
Sólo al encontrarlo, lo saludó en español: "Bienvenido Presidente", a lo cual Pérez Molina respondió con un "muchas gracias", tras lo cual pasaron a su biblioteca.
En sus primeras palabras, el pontífice le dijo que seguía la situación en Guatemala, que conocía el problema de la droga y sabía de los esfuerzos del gobierno, después de lo cual la audiencia continuó en privado.
En un comunicado, el Vaticano expresó que "durante los coloquios se ha manifestado satisfacción por las cordiales relaciones entre la Santa Sede y el Estado guatemalteco, así como aprecio por la contribución particular que ofrece la Iglesia en el desarrollo del país".
Sobre todo, agregó, en los sectores de la educación, de la promoción de los valores humanos y espirituales y en actividades sociales y caritativas, como se ha hecho patente, entre otras situaciones, durante el reciente terremoto che ha afectado al pueblo guatemalteco.
A lo largo de las conversaciones , informó el comunicado, "se ha constatado la necesidad de proseguir la colaboración para resolver los dramas sociales de la pobreza, del narcotráfico, de la criminalidad organizada y de la emigración. En fin, se ha hablado también de la importancia de la defensa de la vida humana desde el momento de su concepción".
Al término de la audiencia, ingresaron los familiares del presidente, su esposa, su nuera y cuatro nietos, y enseguida la delegación oficial que lo acompaña, con el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Carrera y el de Asuntos Sociales, Fernando Cuevas, y sus esposas.
El mandatario le regaló dos pequeñas obras de arte: una escultura de la Virgen del Rosario, patrona de Guatemala, un rosario en jade verde y un libro sobre la historia de la Semana Santa en su país.
"Los artesanos hicieron con mucho interés la escultura al saber que era para el Papa", dijo el presidente.
El pontífice le regaló a su vez las medallas de su pontificado y un grabado de 1666 con una vista de la Plaza San Pedro.
La audiencia había estado prevista para noviembre pasado, a raíz del terremoto que azotó a Guatemala, pero fue aplazada a este sábado, doce días antes de que Benedicto XVI deje el pontificado y se retire en un convento.
Posteriormente, el presidente guatemalteco encontró al cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, acompañado por el arzobispo Dominique Lamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.
Pérez Molina llegó el viernes en la tarde a Roma procedente de España y partirá el domingo hacia su país.
"Lo vi en muy buenas condiciones, no parecía cansado, sino muy sonriente, animado, alegre, y muy claro en su decisión de haber renunciado", expresó el mandatario a los periodistas.
"El creía que era lo mejor para la Iglesia, que fue una decisión muy difícil, pero como la responsabilidad de guiar a la Iglesia era muy grande, sentía que por su salud y su edad, había hecho lo correcto", agregó.
"Para mí fue un privilegio el haber sido el último Jefe de Estado en ser recibido por él y le dije que lamentaba que no hubiera podido visitar nuestro país y que esperaba que el próximo Papa lo pudiera realizar", afirmó.
Señaló que los temas que habían tratado los había tocado con mucho conocimiento, como la droga. "Me dijo que era importante la comunicación, que habláramos con todos los países, especialmente con los desarrollados, que son los que más consumen", manifestó
También hablaron sobre la emigración, de la lucha contra el hambre y del programa Hambre Cero que lleva a cabo su Gobierno, y sobre el papel de la Iglesia, expresó.
El Pontífice recibió en el Vaticano durante 25 minutos al Presidente de Guatemala, último Mandatario latinoamericano en encontrarse con el pontífice antes de hacer efectiva su renuncia el 28 de febrero.
Un Papa sonriente, que se veía muy tranquilo, recibió al Mandatario guatemalteco en la Sala del Tronetto, en los palacios pontificios, a quien se dirigió en italiano, con un traductor en español.
Sólo al encontrarlo, lo saludó en español: "Bienvenido Presidente", a lo cual Pérez Molina respondió con un "muchas gracias", tras lo cual pasaron a su biblioteca.
En sus primeras palabras, el pontífice le dijo que seguía la situación en Guatemala, que conocía el problema de la droga y sabía de los esfuerzos del gobierno, después de lo cual la audiencia continuó en privado.
En un comunicado, el Vaticano expresó que "durante los coloquios se ha manifestado satisfacción por las cordiales relaciones entre la Santa Sede y el Estado guatemalteco, así como aprecio por la contribución particular que ofrece la Iglesia en el desarrollo del país".
Sobre todo, agregó, en los sectores de la educación, de la promoción de los valores humanos y espirituales y en actividades sociales y caritativas, como se ha hecho patente, entre otras situaciones, durante el reciente terremoto che ha afectado al pueblo guatemalteco.
A lo largo de las conversaciones , informó el comunicado, "se ha constatado la necesidad de proseguir la colaboración para resolver los dramas sociales de la pobreza, del narcotráfico, de la criminalidad organizada y de la emigración. En fin, se ha hablado también de la importancia de la defensa de la vida humana desde el momento de su concepción".
Al término de la audiencia, ingresaron los familiares del presidente, su esposa, su nuera y cuatro nietos, y enseguida la delegación oficial que lo acompaña, con el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Carrera y el de Asuntos Sociales, Fernando Cuevas, y sus esposas.
El mandatario le regaló dos pequeñas obras de arte: una escultura de la Virgen del Rosario, patrona de Guatemala, un rosario en jade verde y un libro sobre la historia de la Semana Santa en su país.
"Los artesanos hicieron con mucho interés la escultura al saber que era para el Papa", dijo el presidente.
El pontífice le regaló a su vez las medallas de su pontificado y un grabado de 1666 con una vista de la Plaza San Pedro.
La audiencia había estado prevista para noviembre pasado, a raíz del terremoto que azotó a Guatemala, pero fue aplazada a este sábado, doce días antes de que Benedicto XVI deje el pontificado y se retire en un convento.
Posteriormente, el presidente guatemalteco encontró al cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, acompañado por el arzobispo Dominique Lamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados.
Pérez Molina llegó el viernes en la tarde a Roma procedente de España y partirá el domingo hacia su país.
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