viernes, 5 de octubre de 2012

Demandan a la Iglesia mayor contundencia al condenar a criminales


Demandan a la Iglesia mayor contundencia al condenar a criminales
Carolina Gómez Mena
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de octubre de 2012, p. 12
Ante la violencia que azota el país, el clero católico y su jerarquía deberían ser mucho más contundentes en la condena a los integrantes del crimen organizado, consideraron participantes en el encuentro Fe y Cultura, Diálogo por la Paz en México, organizado por la Dimensión de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Soledad Loaeza, investigadora de El Colegio de México, expresó durante su participación en la mesa Diálogo que nos reconcilia: podría haber una acción mucho más clara, mucho más directa de denuncia del crimen organizado por parte de la Iglesia católica. ¿Por qué no se recurre a la excomunión, en lugar de estarles dando la bendición?
El filósofo y escritor Hugo Hiriart señaló: “nunca he oído a un oficiante en el sermón hablar de la catastrófica situación de México. Nunca he oído al oficiante de la misa decir en el sermón nada de la situación sangrienta y horripilante.
“Nunca he oído que le digan a la pobre gente que está oyendo: ‘no secuestren a nadie, es un pecado espantoso; no vendan a los niños drogas, es otro pecado espantoso. Fíjense en lo que están haciendo, no maten a nadie, no se dejen llevar por la ilusión del dinero’.”
En cuanto a la posibilidad de que haya una reconciliación en el país, tanto por asuntos políticos derivados de la elección del pasado primero de julio como por la violencia existente, Loaeza consideró que es posible, en el primer aspecto, pero resaltó que en cuanto a la pérdida de vidas inocentes la herida es difícil que cicatrice.
Se pueden hacer muchas cosas, aeropuertos, carreteras, leyes electorales, pero ese boquete de 70 mil personas no lo cierra absolutamente nada.
Hay esperanza
Durante la mesa Estrategias para la reconstrucción, el investigador Carlos Elizondo Mayer-Serra sostuvo que el problema de inseguridad por el que atraviesa el país es consecuencia de la debilidad del Estado mexicano.
Aunque apuntó que se debe diferenciar el Estado débil de un gobierno débil, sostuvo que en México nunca hemos tenido un Estado fuerte, ya que siempre ha estado al servicio de los poderosos y ha sido incapaz de ponerles límites.
El escritor y comunicador Francisco Prieto subrayó la importancia de reformular la educación. El doctor el filosofía Carlos Piñón enfatizó la urgencia de impulsar un Estado que produzca humanismo.
Al concluir el encuentro realizado en el Centro Universitario Cultural (CUC), Mario Ángel Flores Ramos, rector de la Universidad Pontificia de México, expuso que ante el clima de violencia la exclusión más peligrosa es la indiferencia.
Subrayó que el dolor y el sufrimiento de los mexicanos deben ser escuchados, y refirió que esos pesares no sólo son causados por la delincuencia organizada, sino también por el sistema económico, político y social que genera pobreza de manera sistemática.
Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas y presidente de la Dimensión de Cultura de la CEM, aseveró que pese a la complicada situación de violencia hay esperanza

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