No tienen ni techo 7 mil escuelas que atienden a niños indígenas
Necesario, crear desde la Cámara de Diputados un presupuesto etiquetado para los centros escolares de los pueblos originarios, señala la directora general de Educación Indígena
Karina Avilés
Periódico La Jornada
Jueves 13 de septiembre de 2012, p. 43
Jueves 13 de septiembre de 2012, p. 43
Cerca de 7 mil escuelas que atienden a niños indígenas carecen de techo, ventanas, puertas, sanitarios, aulas de medios, canchas y hasta de una edificación propia, por lo que muchas se ubican en
lugares prestados, reconoció la directora general de Educación Indígena, Rosalinda Morales Garza, quien subrayó que con recursos etiquetados de la Cámara de Diputados para estos centros se acabaría de
una vez por todas esta tarea pendiente.
La escuela Francisco Villa, ubicada en La Grandeza, segunda sección, en Amatenango del Valle, Chiapas, es uno de esos espacios educativos. Por ello, la maestra Esperanza Solano pidió al secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos, su intervención para que esa primaria tenga
techo,
muebles,
una dirección, piso de cemento
en la entrada, equipo de cómputo y sanitarios, pues desde hace un año ha solicitado a las autoridades educativas su ayuda y
nos han abandonado.
Se le preguntó a Córdova Villalobos si también es un asunto de interpretación –como dijo en relación con los resultados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)–, la vulnerabilidad en la que se encuentran los niños indígenas y trabajadores, y el que más de 13 millones de menores vivan en hogares donde el jefe de familia no completó la educación básica y 50 por ciento de los menores que laboran no asistan a la escuela, de acuerdo con el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), y el funcionario respondió:
No es cuestión de interpretación, es cuestión de historia. Cuando esas generaciones no tuvieron el acceso a la educación, es difícil poder erradicar de golpe todas esas costumbres. Entonces, se trata de desarrollar nuevas generaciones que ya tengan ese acceso para que los hijos de estos niños vayan todos a la escuela. Esto es una cosa que se viene arrastrando de muchos años y por más que se ha aumentado lo que se invierte en educación para adultos, todavía no se alcanza a cubrir a todos.
Imagen de la ceremonia de premiación del 13 concurso Las narraciones de niñas y niños indígenasFoto Yazmín Ortega Cortés
La profesora Solano esperó a que terminara la entrega de reconocimientos del 13 concurso Las narraciones de niñas y niños indígenas, para acercarse al secretario y entregarle un papel con sus peticiones. Ella y otro maestro dan clases a 53 niños en la primaria Francisco Villa, en La Grandeza. Con todo y las carencias que tienen en esta comunidad chiapaneca de 289 habitantes, uno de sus alumnos fue uno de los 70 ganadores de esta competencia.
Ataviada de colores, Esperanza Solano contó que desde hace un año también se hace cargo de la dirección, pero ésta no tiene un espacio propio y, aunque cuentan con letrinas, éstas se encuentran en pésimas condiciones.
Rosalinda Morales Garza señaló que hay 23 mil escuelas indígenas, de las cuales 10 mil son primarias, 10 mil prescolares y 3 mil pertenecen a educación inicial. Treinta por ciento del total presenta alguna carencia de las antes citadas y algunas ocupan sitios prestados en otros espacios públicos. Por ello, destacó la necesidad de dotar de mayores atribuciones a esa dirección para recibir recursos que puedan destinarse a infraestructura y equipamiento de estos centros y crear desde la Cámara de Diputados un presupuesto etiquetado para las escuelas de los niños de los pueblos originarios.
De hecho, dijo que uno de los planteamientos que se dejarán a la administración entrante es el de fortalecer las atribuciones de dicha dirección, para ser
más eficaces
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