Discrimina plan turístico de Chiapas a comunidades indígenas de la región
Natura Miramar sólo
beneficiaríaa ejidatarios de Emiliano Zapata, pero no a los vecinos
La asamblea de ejidatarios de Emiliano Zapata, que controla la explotación turística menor en la laguna Miramar, podría permitir la llegada de proyectos que pondrían en riesgo la biodiversidadFoto Moysés Zúñiga Santiago
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Martes 29 de mayo de 2012, p. 20
Martes 29 de mayo de 2012, p. 20
Ejido Emiliano Zapata, Chis., 28 de mayo.Las cada día más insistentes políticas gubernamentales y de inversionistas privados (habitualmente de la mano) en favor del ecoturismo, no responden a demandas y necesidades de los pobladores de las zonas privilegiadas con atractivos potenciales para el mercado verde y la aventura, sino de las prospecciones económicas de empresas decididas a intervenir en la región con el pretexto del paisaje. La selva Lacandona posee un elevado potencial al respecto, como bien dejan ver los diversos proyectos que rondan, literalmente, Montes Azules y las selvas que van de Palenque a Marqués de Comillas, Ocosingo y Chilón.
Para instalar sus proyectos, autoridades e inversionistas necesitan
convencerde las bondades del turismo a grupos restringidos de campesinos indígenas
beneficiarios. Esto ocurre así con la laguna de Miramar. Sólo los ejidatarios de Emiliano Zapata quedan dentro del proyecto, no el resto de los pobladores de la comunidad, y menos las demás comunidades alrededor de la laguna. Lejos de ser consultadas para el proyecto, este puede dar pretexto para desalojarlas.
La experiencia de los lacandones en el otro extremo de Montes Azules ilustra elocuentemente el modus operandi de las autoridades. Aquí, el ambicioso proyecto Natura Miramar, promovido por la empresa Natura y Ecosistemas Mexicanos a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) discrimina tajantemente con qué indígenas se va a negociar. Es fácil identificar el carácter contrainsurgente del método y de la intención.
No obstante, los argumentos publicitados en favor del turismo
alternativo, como lo llama la Secretaría de Turismo, son otros:
herramienta para la conservación de ecosistemas, se haría con
criterios de sustentabilidad que atiendan el mercado de la naturalezamediante
infraestructura turística de bajo impacto ambiental. Dado que Miramar
cuenta con escenarios naturales de alto valor turísticotraería ganancias a los pobladores.
Todos esto en el amplio estudio de impacto ambiental promovido por el encargado de la delegación federal de Semarnat, Luis Fernando Torres García, en favor de Natura, empresa encabezada por Julia Carabias, ex secretaria de Medio Ambiente, y el también ex funcionario ambiental Javier de la Maza, ahora dedicados a promover turismo rentable y presuntamente conservacionista, como el que se practica ya en la que fuera estación de la UNAM en Chajul.
Otro argumento, que nunca falta, es la
pobrezade la población involucrada, y de ahí el irresistible
impacto social positivo. Emiliano Zapata
presenta condiciones de alta marginación, mas se prevé
una derrama económica puntual, lo que el documento juzga un
escenario positivo para la sociedad. La agencia gubernamental estadunidense USAID ha otorgado financiamiento a tres organismos privados presentes en la Lacandona: Natura y Ecosistemas, Centro Interdisciplinario de Biodiversidsad y Ambiente (Ceiba) y Ambio. Hay interés en esta selva.
El documento de Semarnat, del queLa Jornada posee una copia, define que el polígono del proyecto de hotel
se localiza en la reserva de la Biosfera Montes Azulesy ocuparía cuatro hectáreas. Las instalaciones tendrían una
expectativa de vida útilde 40 años. Como referente, menciona que la estación de Chajul, a cargo de ENDESU, ahora se orienta al ecoturismo. Sus senderos,
inicialmente para investigaciones de flora y fauna silvestre, ahora
tambiénson utilizados por los visitantes. También dentro de Montes Azules se construye una nueva estación, Tzendales, con capacidad para 20 turistas.
En Natura Miramar se prevé una inversión de 15 millones de pesos. Se asegura que no tendrá ningún impacto ambiental y todos van a estar muy contentos:
es totalmente aceptado por la población beneficiaria de Emiliano Zapata, los turistas, el gobierno municipal de Ocosingo, incluso la población de comunidades aledañas, según Semarnat
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