Los dirigentes de las corrientes que integran el PRD continúan dirimiendo sus diferencias en torno al método de selección de candidatos a puestos de elección popular, porque mientras el ala que encabezan Dolores Padierna y René Bejarano abogan por la aplicación de encuestas para seleccionar a los mejores postulados, Nueva Izquierda insiste en imponer a sus allegados en las candidaturas que contenderán el 1º de julio próximo.
La inconformidad que se gestó desde el inicio de la presente semana, con algunos resultados de las encuestas celebradas el domingo pasado, se viene incrementando, y en el caso del Distrito Federal se advierte el riesgo de que sean arrebatadas por la oposición a ese partido, las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Venustiano Carranza e Iztacalco.
El rechazo a la imposición de candidatos obedece a que los perredistas señalan a Armando Quintero, Julio César Moreno, Víctor Hugo Lobo y Carlos Augusto Morales negocian tras bambalinas la imposición de candidatos.
También se atribuye a la ausencia de reglas claras y a la ambigüedad en el proceso de selección, el probable conflicto prelectoral que acarrearía al sol azteca derrotas incalculables. Las divergencias en la negociación de los espacios de elección popular se han acentuado en la capital del país, donde se detectan conflictos en Iztapalapa, Magdalena Contreras, Gustavo A. Madero, Tlalpan y Xochimilco, donde se han manifestado amenazas de desprendimiento y ruptura, que generarían un hueco en el respaldo a Andrés Manuel López Obrador y al candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
Se han expresado amenazas de renuncia al PRD por parte de Adelino Méndez, en Xochimilco, Emilio Serrano, en Iztacalco, y Norberto Nazario, en Gustavo A. Madero, por los amagos de imposición de candidatos a delegado.
Acusan a Armando Quintero, a Julio César Moreno, a Víctor Hugo Lobo y Carlos Augusto Morales de palomear las listas sin importar el grado de conocimiento y aceptación popular que tienen.
Incluso Nueva Izquierda mantiene una alianza con la precandidata perdedora al Gobierno del Distrito Federal, Alejandra Barrales, y se asegura en las filas del perredismo que han acordado presentar la fórmula al Senado de la República, integrada por ésta y Julio César Moreno con objeto de fortalecer la presencia de los chuchos en el Senado.
Dicho acuerdo también contempla obligar a Miguel Ángel Mancera, en caso de ganar la jefatura de gobierno, a entregarles la secretaría general de la administración de la ciudad de México, así como la llegada de Carlos Navarrete a la comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Los chuchos se oponen a transitar por el esquema de las encuestas para elegir candidatos a las diputaciones locales, de las que esperan obtener quince curules.
Para que Navarrete llegue a ser el líder de la Asamblea Legislativa le reservan la diputación plurinominal de los distritos XI o XII de la delegación Venustiano Carranza.
Si esa condición no se presentara en favor de Nueva Izquierda también podrían entregarle a Navarrete una candidatura plurinominal a la Cámara de Diputados, lo mismo que a Javier González Garza, quien ha sido un operador que los ha favorecido en los últimos años.
La negociación entre las corrientes por espacios y control político continuó las últimas horas, pues habrá de dirimirse la conformación final de las candidaturas a la Asamblea del Distrito Federal, y en el transcurso de la próxima semana se definirán los nombres de los candidatos a 12 delegaciones, pues en el resto los aspirantes son los que mayor aprobación tienen, y ahí no se registró conflicto
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