Miércoles 7 de diciembre de 2011, p. 46
Involucra una madre a su hijo adolescente en un asesinato
Luego de pasar toda la noche fuera de su casa, Óscar, de 14 años de edad, llegó el lunes a su domicilio, ubicado en el barrio de Tepito. Al verlo entrar, su madre descubrió que el adolescente se encontraba intoxicado y cubierto de sangre, por lo cual pidió apoyo a la policía, ya que, comentó, se encontraba agresivo en la casa, debido a su adicción a la mariguana y al activo. La mujer aseveró que el día que su hijo apareció con manchas de sangre en el rostro y la ropa, se reportó un homicidio en un área común de la vecindad llamada La Fortaleza, por lo que, según ella, el joven podría estar relacionado con el asesinato. La detención se llevó a cabo en un domicilio ubicado en las calles Granada y Toltecas. Por la mañana de ese día fue reportado el hallazgo del cuerpo calcinado de un joven en avenida del Trabajo y la calle Peñón, colonia Morelos, a un costado de la unidad habitacional conocida como La Fortaleza. El cadáver fue descubierto entre dos locales de lámina, en los cuales había rastros de sangre. El cuerpo fue quemado y la cabeza presentaba lesiones. En el lugar se encontraron dos trozos de concreto que tenían rastros de sangre.
De la Redacción
Tardan años en diagnosticar algún padecimiento a reos
En las cárceles de la ciudad de México pueden pasar años para que un interno enfermo reciba un diagnóstico certero de su padecimiento, señala el Informe especial sobre el derecho a la salud de las personas privadas de su libertad. El documento, realizado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), sostiene que los internos viven en condiciones insalubres, reciben mala alimentación y les faltan agua potable y medicinas. Asimismo, agrega, las personas con enfermedades como VIH-sida son víctimas de discriminación por el personal penitenciario. En lo que va del año, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud capitalina, se han brindado 340 mil atenciones médicas en los reclusorios, principalmente por enfermedades respiratorias, heridas –inflingidas por los mismos presos o en accidentes– y enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes, tuberculosis y hepatitis, entre otras. El estudio alerta sobre la falta de insumos, personal, negligencias médicas y la inexistencia de seguimiento médico para los internos, por lo que el presidente de la CDHDF, Luis González Placencia, hizo un llamado a revisar y armonizar el marco jurídico para resolver esas deficiencias
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